El pueblo polaco de Stare Juchy se encuentra separado. Un tercio de la población se fue a trabajar a Islandia y los que se quedaron atrás, la mayoría de la generación anterior, esperan su regreso. Pero ahora sus hijos y nietos se están instalando en una nueva vida en el otro lado de Europa. La distancia que los separa es grande y el viaje costoso, por lo que no se abrazan muy a menudo. La mejor alternativa es el contacto intensivo por Skype. Pawel Ziemilski reúne a estas familias separadas, aunque solo sea visualmente, utilizando técnicas de montaje y proyección inventivas para sugerir contacto físico.