02/03/2009

Las actrices belgas están de moda, como han demostrado los premios del cine francés. Para sorpresa de casi todos, Yolande Moreau se ha hecho con el César a la mejor actriz del año por su papel en Séraphine [+lee también:
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ficha de la película], dejando con dos palmos de narices a Kristin Scott Thomas y Sylvie Testud. Sin embargo, es una sorpresa relativa, ya que Yolande Moreau es una de las favoritas de la Academia, que ya le había demostrado su cariño premiándola en 2004 por su papel en Cuando sube la marea. Así, se une a Cécile de France en el palmarés nacional de las actrices premiadas en dos ocasiones por los vecinos franceses. No podemos dejar de decir que Séraphine, coproducida por la compañía belga Climax Films, ha arrasado en los César llevándose, sin que nadie se lo esperase, los premios a la mejor película y al mejor guión original, por sólo nombrar unos pocos.

En cuanto a las jóvenes promesas, esta vez es Déborah François la que se ha llevado el gato al agua por su interpretación en El primer día del resto de tu vida [+lee también:
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ficha de la película]. La joven actriz, que lleva su carrera con tranquilidad y discreción, desmiente el dicho de "no hay dos sin tres", llevándose al fin el ansiado premio después de ser nominada en dos ocasiones por La última nota [+lee también:
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ficha de la película] en 2007 y por El niño [+lee también:
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entrevista: Luc & Jean-Pierre Dardenne
ficha de la película] en 2006 y volver a casa con las manos vacías. François acaba así con la maldición de las jóvenes actrices belgas que han sufrido, entre otras, Emilie Dequenne o Marie Gillain, nominadas en tres ocasiones sin ganar ninguna. Desde principios de los años 90, las actrices belgas han sido nominadas más de 14 veces a los César, entre ellas, Natacha Régnier, que sí ganó en la categoría de mejor actriz revelación en 1999 por La vida soñada de los ángeles.

Otra nominación con sabor belga ha pasado más desapercibida, Laurent Capelluto competía por el César al mejor actor revelación por Un cuento de Navidad [+lee también:
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ficha de la película] de Arnaud Desplechin. Al igual que hicieran Morgan Marinne y Jérémie Rénier en 2004 y 2005, Capelluto se volvió a casa sin la estatuilla. Los actores belgas parecen tener menos suerte que sus compatriotas femeninas en los César. A pesar de una cantera con un talento innegable, los premios se resisten. Un actor de la talla de Olivier Gourmet, por ejemplo, nunca ha sido nominado a los César. Parece que habrá que esperar un poco más para ver a un actor del país del chocolate con un César bajo el brazo: hagan sus apuestas.

(Traducción del francés)