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PELÍCULAS / CRÍTICAS

A Soap

por 

- Una sorprendente ópera prima de la nueva y visionaria cineasta danesa Pernille Fischer Christensen

Estrenada a principios de julio en Italia a través de Teodora Film y pronto en las pantallas francesas, holandesas y portuguesas, En Soap [+lee también:
tráiler
entrevista: Lars Bredo Rahbek
entrevista: Pernille Fischer Christensen
ficha de la película
]
es el apasionante retrato de dos personas solas y vulnerables, una mujer soltera y su vecino transexual que, poco a poco, aprenden a conocerse, a aceptarse y a amarse uno a otro.

La danesa tiene todas las razones para celebrar con champán en el último Festival de Cine de Berlín: Pernille Fischer Christensen, una prometedora estrella entre la nueva generación de cineastas daneses, fue recibida con brillantes críticas por su ópera prima En Soap, que acabó ganando el Oso de Plata y el Premio al Mejor Largometraje, convirtiéndose en uno de los títulos claves del mercado. Pero la película también estuvo en primera plana como primer descendiente del New Danish Screen del Instituto de Cine danés; una producción de bajo presupuesto de capital de riesgo, una innovación alentadora y con objetivo. El recién enterrado Dogme tuvo un heredero en este nuevo intransigente lenguaje cinematográfico y un concepto preparado para convertir cineastas internacionales; y su primera representante, Pernille Fischer Christensen, se mostró orgullosa de estar entre los gustos de Lars von Trier and Thomas Vinterberg.

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Hecha a medida para el proyecto del New Danish Screen con un ajustado presupuesto de 900.000 euros, En Soap es la ilustración depurada de la idea que a través de la limitación llega la creatividad. Apoyada desde el principio por el experimentado productor Lars Bredo Rahbek, deNimbus Film, y por el guionista Kim Fupz Aakeson, Pernille se marcó el reto de explorar la idea la confusión de género en una relativamente simple historia de amor. Una cita reciente con un travestí para investigar para su guión la dejó enferma y relajada, pero también totalmente fascinada por su inhabilidad para comunicarse con una persona cuyo sexo no pudo determinar y tuvo que convencerse de que eso iba a ser el material, hasta ahora sin tratar, para su primer largometraje.

Contada como una telenovela con una voz que introduce cada nueva parte de los cuatro actos, En Soap es, de este modo, el retrato de dos almas perdidas: Charlotte, de 32 años (Trine Dyrholm) y su vecino de abajo, un transexual llamado Veronika (David Dencik). Charlotte, que trabaja como enfermera, acaba de dejar a su novio, el joven doctor Kristian, pero aún está muy confundida con sus sentimientos hacia él y hacia los hombres en general. Su nuevo apartamento, con desnudas paredes blancas y cajas sin abrir por todos sitios, es el lugar para noches sin amor con hombres desconocidos y, a veces, con Kristian, quien aún intenta ganársela de nuevo. Mientras tanto, Veronika mata su tiempo con su telenovela favorita y sus sesiones de sexo con clientes de pago, mientras espera desesperadamente la carta que le permita una operación de cambio de sexo. Su madre, (Elsebeth Steentoft) lo visita a veces, pero es incapaz de hacer frente a la provocadora sexualidad de su hijo y a su vida miserable. Una serie de dramáticos acontecimientos (una agresión a Charlotte y un intento de suicidio por parte de Veronika) así como momentos de alegría (la fabricación de las nuevas cortinas) que refuerzan paulatinamente los lazos entre ambos personajes que aprenden a conocerse, a aceptarse, a gustarse y, quizás, a amarse.

Volviendo a los conceptos habituales de enamorarse y de lo que hace volver de revés un hombre a un hombre o una mujer a una mujer, la película profundiza directamente en lo que significa ser un ser humano. En otras palabras, la expresión desnuda de los sentidos, de los sentimientos y de los deseos de ser amado por lo que somos. Usando las técnicas de Dogma, tales como cámara en mano y planos cortos y medios, la directora da mucho espacio a los dos actores, Trine Dyrholm y David Dencik, para encontrar la magia en cada escena y transmitirlo al público. Dyrholm, lanzado a la escena internacional con la película de Dogme de Thomas Vinterberg, Celebración, en 1998, ofrece otra cruda y convincente actuación y David Dencik, en su primer papel importante en la pantalla, se alza con el reto de encarnar a un transexual, expresando la fragilidad de Veronika con la dosis exacta de sutileza que sólo un autor de su talla puede ofrecer.

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