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Crítica: Band

por 

- No hay manera de saber si todo es verdad en el documental de la islandesa Álfrún Örnólfsdóttir, pero esperamos que lo sea

Crítica: Band

Cuando vemos a una banda de música sobre el escenario, retorciéndose como si estuvieran poseídos y cantando sobre "disfuncionalidad, disfuncionalidad", es imposible no pensar en Spinal Tap. Aunque aquel grupo se convirtió en sinónimo de fracasar estrepitosamente, y con frecuencia, su amor por la música también aportó esperanza a la gente (muchos los han recordado recientemente debido al fallecimiento de su batería). El éxito está bien, pero realmente no lo necesitas para dar un buen espectáculo. Siempre que sepas caminar por esa fina línea entre la estupidez y la inteligencia.

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El documental islandés Band [+lee también:
entrevista: Álfrún Helga Örnólfsdóttir
ficha de la película
]
, que ha tenido su estreno mundial en Hot Docs, también parece un mockumentary, pero no lo es. La Post Performance Blues Band existe, gracias a Dios, y actualmente está considerando volver a los escenarios. Esto es bastante sorprendente en sí mismo, ya que la directora (y miembro) Álfrún Örnólfsdóttir parece estar dispuesta a que ocurran algunos eventos inesperados, y resulta difícil saber si el carácter extraño de la banda es motivo de burla o celebración. Quizá ambas cosas a la vez.

Como era de esperar, la cinta es hilarante. Las mujeres se desmelenan en el escenario, ofreciendo una actuación a medio camino entre un concierto (aunque con poco público) y una performance artística. En ocasiones, parece que están trabajando juntas; en otras, cada una baila a su propio ritmo. En realidad, hay algo realmente inspirador en su actitud, en observar a mujeres que se permiten este tipo de libertad: la libertad de ser ridículas, de recibir pagos en cerveza y de disfrutar de todo lo que el escenario, y un público excepcionalmente educado, tiene que ofrecer. Si eso es un fracaso, lo cierto es que parece divertido.

Lo cual no quiere decir que se trate solo de las risas, ya que Band también puede ser melancólica. Hay una sensación constante de que se agota el tiempo, de estar perdiendo la oportunidad que esperaban para lograrlo, y no solo en la música. Örnólfsdóttir muestra sus desventuras como actriz, a la que aprecian pero nunca contratan, y hay escenas de auténtica soledad en las que se manifiesta el anhelo de una conexión real. Todas lo sienten, así que deciden intentarlo un año más, como muchos artistas antes que ellos, probablemente recordando las palabras de Nick Cave sobre que una banda es algo vivo, que respira, y si no crece, se muere. A veces, es necesario crecer y entender que no todos los sueños se hacen realidad.

Por otra parte, ¿acaso los sueños son menos válidos porque no tengan un reconocimiento o beneficio económico? También hay algo maravilloso cuando superas el dolor del rechazo y continúas haciendo algo solo porque te hace feliz. Quizás, soñar a pesar de fracasar no es el error que todo el mundo cree. Estas mujeres ofrecen una combinación de actuaciones y letras alocadas ("Una es sobre mi madre, otra sobre gofres y café", es una frase que describe su obra con gran precisión), pero también de tristeza. Aunque, pensándolo bien, es exactamente lo que convirtió a Spinal Tap en un fenómeno duradero en lugar de una broma. Esta película presenta una promesa similar, porque quieres que su historia continúe después de los créditos finales. Esperemos que no sea el final de la banda. Y que empiecen a dar conciertos pronto.

Band es una producción de la islandesa Compass Films.

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(Traducción del inglés)

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