03/05/2022 - El segundo largometraje de Arne Büttner y Ole Jacobs es un documental íntimo y un condenatorio recuento de los crímenes contra los derechos humanos de Europa

Moria, el campamento de refugiados más grande de Europa, ubicado en la isla griega de Lesbos, fue protagonista de numerosos reportajes de televisión y documentales, antes de sufrir un incendio en el año 2020. Nasim, codirigida por los cineastas alemanes Arne Büttner y Ole Jacobs, que acaba de tener su estreno mundial en el Hot Docs, destaca sobre los demás por su enfoque paciente y humanista, así como por haber sido filmada cuando se iniciaron los incendios.

Büttner también aparece acreditado como director de fotografía, Jacobs como técnico de sonido y ambos como montadores junto con Janina Herhofer. Por supuesto, un equipo de rodaje más grande no habría podido captar todos los momentos íntimos en la historia de Nasim, una refugiada afgana que se encuentra en Moria con su marido, Shamsullah, su hijo pequeño, Alireza, y su hijo adolescente, Mohammed, junto con su familia extensa, incluidas su madre y su hermana.

Nasim, de 38 años, fue obligada a casarse con su esposo cuando tenía solo 13. Él era miembro de los muyahidines, que luchaban contra los soviéticos en Afganistán, y la mujer comienza a descubrir partes de su pasado mientras se preparan para una entrevista de asilo. Animada por su hermana, la mujer está considerando divorciarse y liberarse de un matrimonio sin amor, una de las pocas opciones que las mujeres musulmanas pueden aprovechar dentro de la terrible situación que viven en Europa.

Shamsullah, que se muestra orgulloso por su destreza en el boxeo y su habilidad para dar masajes, no parece un mal tipo, pero no llegamos a ver muchas de sus interacciones, más allá de la preparación para la entrevista y una discusión sobre una olla de cocina. El hombre se encuentra, probablemente por primera vez en su vida, en una posición de inferioridad: el hecho de que Nasim sepa leer y escribir, reemplazando de forma extraoficial a un maestro de escuela, le da cierta ventaja sobre su marido analfabeto.

Nasim se encuentra en una encrucijada. Alireza odia las clases de boxeo a las que lo ha apuntado su padre, y Mohammed ha comenzado a fumar, anda con malas compañías a pesar de la desaprobación de su familia y quiere marcharse a Atenas. Nasim padece una condición que provoca que a menudo no pueda utilizar sus manos (de hecho, en una escena especialmente conmovedora, Alireza tiene que ayudarla a atarse los cordones de los zapatos). Cuando se habla de aprender inglés, Nasim dice que no puede hacerlo por culpa de su "cabeza desordenada", pero como espectadores no llegamos a detectar que le ocurra nada malo.

Al contrario: los directores han encontrado a una mujer valiente y amable, curiosa y tímida, con un fuerte sentido de la justicia, pero agobiada por un sentimiento de responsabilidad ligado a las costumbres patriarcales. Resulta difícil no empatizar con esta protagonista, que demuestra un espíritu aparentemente invencible en las circunstancias más difíciles. Hasta que, de repente, tiene lugar una protesta nacionalista griega en Moria y poco después comienzan los incendios. La película no nos cuenta esto, pero Google sí: cuatro refugiados afganos, menores de edad, fueron condenados a diez años de prisión tras un juicio a puerta cerrada debido a las medidas impuestas por el COVID.

El hecho de que el documental haya sido filmado durante la pandemia sirve para dejar al descubierto el desprecio que muestra Europa por los derechos humanos. Imaginemos qué pasaría si estas medidas se aplicasen a nosotros en tales circunstancias, a diferencia de la población general. Si a esto le sumamos la historia de Nasim, en la que los codirectores logran encontrar momentos de auténtica poesía dentro del infierno que fue Moria, estamos ante un relato condenatorio del vergonzoso historial del continente.

Nasim es una coproducción entre las alemanas Uebl GbR y Rosenpictures Filmproduktion GbR.

(Traducción del inglés)