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BERLINALE 2022 Panorama

Crítica: Fogaréu

por 

- BERLINALE 2022: La brasileña Flávia Neves examina la herencia colonial de su país en un thriller sobrenatural

Crítica: Fogaréu
Bárbara Colen en Fogaréu

Hoguera” es la traducción literal del título portugués Fogaréu [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
. Y aunque en algún momento habrá alguna que otra cosa que arda, también se podría decir que esta película irradia fuego, un fuego candente por la desesperación de una mujer adoptada que se esfuerza por conocer más a fondo su pasado. La película, que es también el brutal ajuste de cuentas de la directora Flávia Neves con el pasado colonial de Brasil, se estrenó mundialmente en la sección Panorama de la Berlinale.

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Unas figuras blancas y encapuchadas desfilan por la plaza principal de una pequeña ciudad en el noroeste de Goiàs. Las antorchas arden y los tambores marcan el paso de la procesión. No se trata de una escena sacada de una reunión del KKK o de un grupo de extremistas blancos de Estados Unidos, sino de la celebración de una tradición local, como descubre pronto el espectador. No obstante, hacia el final del metraje, uno debe preguntarse si en el fondo no se trata de lo mismo.

Fernanda (Bárbara Colen) entra en acción desde la dirección opuesta a la procesión. El simbolismo no deja lugar a dudas inmediatamente: se trata de una mujer que se opondrá a todo lo que representa esta ciudad, una mujer que se mueve en la dirección opuesta a la de las masas, pasando por encima de la gente que se interpone en su camino. Fernanda ha regresado a su ciudad natal tras la muerte de su madre adoptiva. En su día, la homosexualidad de su madre la había sacado del asfixiante corsé religioso de su hogar, pero ahora ha regresado con sus cenizas en una urna.

La familia de Fernanda, un grupo de snobs blancos remilgados y de clase alta, la acoge pero con la sensación de que nada bueno puede salir de aquello. “Sigues siendo una hippie”, le dice la tía Arlette (Fernanda Vianna) al recibirla. Lo que aleja a Fernanda del grupo no es solo la evidente herencia nativa y africana. La noticia de que Fernanda planea esparcir las cenizas de su madre en un riachuelo cercano en lugar de enterrarlas provoca una conmoción en la familia. El tío de Fernanda, Antonio (Eucir de Souza) se pregunta qué hace ella realmente allí.

Aunque al principio vino con la intención de dar el último adiós a su madre, Cecilia, y de investigar su herencia, Fernanda pronto pasa a prestar atención a otro misterio que parece envolver a su pueblo: la gran cantidad de vecinos con discapacidad intelectual, entre los que se encuentran las empleadas de su familia, Missy (Nena Inoue) y Joana (Vilminha Chaves). La familia insiste en que está haciendo un favor a estas personas, a pesar de que ambas trabajan casi como esclavas y que se habla de ellas en términos de propiedad.

La culpa histórica heredada de un país. El trato inhumano a los semejantes. La búsqueda de una identidad que el imperialismo colonial robó en su día. Neves se zambulle en los puntos aún calientes de la historia de Brasil. La culpa no resuelta y la necesidad acuciante de disimular las manchas oscuras saltan a la vista de su protagonista desde todos los rincones. La presentación de una tribu nativa a la que arrebatan la tierra y el agua que le corresponde por derecho no es más que uno de los ingredientes de la historia: Neves va más allá y encuentra paralelismos con la explotación colonial humana en las prácticas y tradiciones de los homólogos de la sociedad moderna.

Conforme Neves hurga en el pasado, impregna esta exploración con los misteriosos poderes mágicos de quienes se consideran en el escalón más bajo de la sociedad, y no pasa nada. Como mucho, los aspectos sobrenaturales de la historia la hacen más interesante. No obstante, lo que contribuye a que la película sea menos impactante en su tramo final es el hecho de que el guion cae en tropos predecibles y en momentos “impactantes” innecesarios. Esto abarata el efecto que provoca la historia en sí, más que llamar la atención sobre su oportuno mensaje: la necesidad de zafarse de estructuras anticuadas con el fin de disfrutar de algún tipo de futuro vivible.

Fogaréu cuenta con la producción de la francesa Blue Monday Productions y de la brasileña Bananeira Filmes.

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(Traducción del inglés por Marcos Randulfe)

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