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BERLINALE 2022 Panorama

Crítica: No U-Turn

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- BERLINALE 2022: El logrado título del director de Nollywood Ike Nnaebue, mención especial del Premio al Mejor Documental, narra una historia potente pero adopta una actitud confusa

Crítica: No U-Turn

En su película No U-Turn [+lee también:
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, ganadora de la mención especial en la competición a Mejor Documental de la Berlinale, el cineasta nigeriano Ike Nnaebue, una figura establecida en Nollywood, vuelve sobre sus pasos 26 años después. En 1997, junto a tres amigos, se embarcó en un viaje desde Lagos hasta Marruecos, atravesando Benín, Burkina Faso, Mali y Mauritania, con el objetivo de alcanzar Europa. La película forma parte del proyecto Generation Africa.

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Guiados por la voz en off del director, viajamos de autobús en autobús, de frontera en frontera, de ciudad en ciudad, mientras conocemos a algunos entrevistados increíblemente interesantes. La mayoría de ellos son de África Occidental, y cuentan historias sobre cómo han intentado, o siguen intentando, llegar a Europa. A estas alturas, el público debería estar familiarizado con los peligros que implica este viaje, pero cuando escuchas un relato personal, el impacto es totalmente diferente.

Muchos de ellos quedaron atrapados en alguno de los países que atravesaba su viaje. Como vimos en The Last Shelter [+lee también:
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, de Ousmane Samassekou, otro documental del proyecto Generation Africa, regresar no es una opción: el miedo a la vergüenza por el fracaso puede superar incluso al instinto de seguridad personal. Nnaebue enmarca este dilema como una búsqueda de identidad, en lugar de un impulso por llegar a un lugar donde resulte más fácil vivir. Es evidente que este no lo es, ya que una mujer a la que conocemos en Marruecos prefiere mendigar en las calles de Casablanca, mientras espera la oportunidad de cruzar el Mediterráneo, que trabajar como peluquera en Nigeria.

Es agradable escuchar la voz en off del director, pero el texto suele ser demasiado lírico o, peor aún, demasiado banal. “La música conecta a las personas. Al igual que la comida”, dice Nnaebue. Lo vemos comiendo en varias ocasiones, preguntando por los platos, o bailando con los lugareños en un mercado, donde compra un tambor y empieza a tocar. Combinado con la visión de las ciudades y pueblos de África Occidental desde la ventanilla del autobús (algo que difícilmente podría haberse evitado) y la música pop africana (que sí podría haber obviado), casi parece que el documental estuviera filmado por un cineasta europeo.

Algunas de las conversaciones más interesantes tienen lugar dentro del autobús. Un hombre, que un minuto antes mantiene una discusión desconcertante con una joven en la parada de autobús, explica cómo se oponía a la idea de que las niñas viajaran solas, lo que implica una sospecha acerca de la trata de personas. En otro autobús, una señora narra lo afortunada que fue por no acabar siendo prostituida o violada en Marruecos. Las mujeres constituyen la mayor parte de los entrevistados en la película, lo cual resulta muy apropiado: ellas corren un riesgo mucho mayor, incluso cuando se juntan con un hombre, como testifica una madre con cuatro hijos a la que han abandonado.

A pesar de algunas historias personales que muestran su conocimiento de África Occidental, como su ambigua relación con la ciudad de Bamako, que probablemente le salvó la vida y lo ayudó a convertirse en cineasta hace 26 años, la actitud de Nnaebue hacia su continente es un tanto desconcertante. En cierto momento, durante su monólogo, el director pregunta: “El continente tiene abundancia de recursos, pero buscamos una vida mejor en otros lugares. ¿Qué está haciendo África para mantener a su gente?”. En realidad, ¿qué puede hacer África? Tal vez ya no esté oficialmente colonizada por las potencias europeas, pero definitivamente está siendo saqueada por corporaciones internacionales. Casi resulta difícil creer que una pregunta así provenga de un cineasta nigeriano establecido.

No U-Turn es una coproducción entre la francesa Elda Productions, la nigeriana Passion8 Communications, la sudafricana STEPS y la alemana ARTE.

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(Traducción del inglés)

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