21/02/2022 - BERLINALE 2022: En su obra híbrida, Zhen Lu Xinyuan busca paralelismos entre su aislamiento durante el COVID-19 y el intento de su familia de encontrar sus propias raíces

Es difícil identificar un tema narrativo en Jet Lag [+lee también:
tráiler
ficha de la película], de Zhen Lu Xinyuan, pero si lo intentamos, sería como una sensación de aislamiento y abandono. Estrenada en la sección Forum de la Berlinale, esta película, a caballo entre el documental y el vídeo ensayo, acompaña a Xinyuan y su familia a lo largo de dos viajes importantes. Uno de ellos trata sobre un mundo confinado tras la llegada del COVID-19 en 2020, mientras que el otro narra el viaje de su familia a Myanmar, donde el bisabuelo de la directora desapareció en los años 40.

“No hay un personaje principal”, apunta correctamente la novia de Xinyuan al comienzo de la película. Aunque, ¿cómo podría haberlo? Esta no es la historia de una sola persona. Es tanto un trauma individual como generacional, cuya superficie trata de traspasar constantemente la cineasta. Filmada en blanco y negro con una sencilla cámara DV, la estética de la película recuerda a un diario en vídeo. Sin embargo, el trabajo de Xinyuan presenta una mirada concreta, ya que la cineasta se encierra en la banalidad del confinamiento decretado a causa del COVID-19, así como en el sentimiento de tristeza que impregna el viaje familiar, mientras su abuela sigue los pasos del padre al que nunca pudo olvidar.

Los padres ausentes, violentos o incluso desinteresados ​​son una conexión recurrente entre los personajes. El aislamiento interno que estas experiencias pueden haber provocado en Xinyuan, su novia y su abuela comienzan a proyectarse gradualmente hacia el exterior. La película arranca en abril de 2020, en un pequeño apartamento en Graz (Austria), donde Xinyuan y su compañera se encuentran atrapadas, sin vuelos que la lleven de regreso a su casa en Hangzhou (China). Una recurrente pantalla de teléfono muestra cómo cada vuelo se retrasa y se cancela. El mundo solo está disponible en Google Maps.

Las dos mujeres comienzan a pasar el tiempo observando a los pocos peatones que aún se mueven por las calles de su barrio. Los servicios de entrega a domicilio y los trabajadores esenciales aparecen retratados con una mirada sigilosa y anhelante. La trivialidad de la vida en un espacio confinado, así como su intimidad, se filtran a través de cada plano. De vuelta en China, el uso de trajes de protección por parte de los trabajadores sanitarios parece sacado de una novela distópica. Lo siguiente que sabemos es que Xinyuan y su pareja vuelven a estar confinadas en un hotel, mientras figuras con trajes blancos cubren sus puertas completamente con cinta adhesiva.

Estas escenas están intercaladas con imágenes de un viaje anterior de la familia a Myanmar. La directora deja que estas escenas se mezclen entre sí deliberadamente, obligando al espectador a adivinar la línea temporal, o a dejarse llevar por su atmósfera agitada pero letárgica. Un primo lejano se va a casar. Este forma parte de la familia que se mantuvo en contacto con el bisabuelo. Entre la boda y los paseos turísticos, la familia busca los últimos rastros del hombre que se ha convertido para ellos en un enigma glorificado y odiado. Necesitan pistas que ayuden a explicar por qué hizo lo que hizo. Se trata de la figura paterna que la abuela no puede evitar admirar.

El jet lag suele dejar a las personas aletargadas debido a la necesidad que tiene el cuerpo de adaptarse a un nuevo ritmo. Xinyuan lo experimenta de forma física a causa de su viaje, que transcurre a través de las zonas horarias de Europa y Asia. Sin embargo, también hay un cambio en la familia, en la forma que tienen de lidiar con su propio pasado y presente. El cuerpo está en un lugar, el alma en otro. Un esfuerzo por encontrar el sentido a lo que ocurrió y lo que ocurre actualmente. Una sensación letárgica, un jet lag mental.

Jet Lag es una producción de Ray Matin y Shanshan Li. Rediance se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)