21/01/2022 - La primera película del dúo suizo formado por Raphaël Dubach y Mateo Ybarra arroja luz sobre las paradojas del ejército, entre homologación viril y necesidad de evasión

En competición en la sección de óperas primas de las Jornadas de Soleura 2022, que reúne lo mejor del cine suizo en proceso, la primera película del joven dúo de directores suizos Raphaël Dubach y Mateo Ybarra, LUX, nos cuenta la historia entre bambalinas de una gran operación antiterrorista ficticia que movilizó a nada menos que 1.500 soldados, entre ellos muchos jóvenes que acababan de salir de la escuela de reclutamiento.

Para comprender el significado de una película como LUX, es necesario hacer un breve paréntesis (presente al principio de la película a través de unas aclaraciones breves pero incisivas) sobre lo que representa el ejército en Suiza y, de forma más específica, el reclutamiento obligatorio para todos los hombres mayores de edad y opcional para las mujeres. Aunque parezca extraño dicho requisito obligatorio en un país famoso por su neutralidad, lo que el ejército representa para los ciudadanos de Suiza vas más allá de la amenaza de un conflicto armado. La escuela de reclutamiento, donde empieza todo, y las movilizaciones regulares posteriores, aspiran a asegurar la protección y regulación del territorio en lugar de trazar maniobras militares beligerantes. Luego, el ejército se convierte en una máquina gigantesca de crear orden y virilidad, forjando el cuerpo y el espíritu de cada hombre y algunas mujeres (aquí el discurso binario también es obligatorio) preparados para defender su patria. La operación LUX se sitúa en este contexto defensivo teñido de virilidad heroica.  

La simulación que requiere la movilización inmediata del ejército durante diez días y que, como la propia película, lleva el pseudónimo de LUX, tuvo lugar en 2019 en respuesta a un posible (pero remoto) ataque por parte de un grupo terrorista anticapitalista (el Frente de Liberación Global) a Ginebra y su aeropuerto. LUX escenifica un juego sobredimensionado cuyos peones son personas reales.  

Para su primera película autoproducida (ganadora en 2020 del Premio SRG SSR en la sección suiza de la competición The Films After Tomorrow del Festival de Locarno —ver la noticia—, y presentada en estreno mundial en el Festival de Documentales de Tesalónica 2021), Mateo Ybarra y Raphaël Dubach no eligieron un tema fácil por una razón muy sencilla: el ejército, con su reglas incomprensibles y sus delirios de grandeza, no es el tema más interesante de retratar en la gran pantalla. Y, sin embargo, gracias a la riqueza formal de sus imágenes, que consiguen capturar las inesperadas, pequeñas pero significativas alteraciones de una norma que parece sofocarlo todo, y una ironía sutil y mordaz, los dos directores consiguen convertir la banalidad en poesía. Gracias a los comentarios cómicos y triviales susurrados entre los soldados durante un ejercicio militar, los primeros planos de caras más descontentas que iluminadas por el orgullo patriótico y la hipnótica música electrónica que recuerda a las películas de ciencia ficción, el documental se transforma en una comedia sobre la vida, entre la libertad individual y la homologación.

Si la gigantesca operación LUX pretende “dar credibilidad al aparato militar”, la mirada cuidadosa y traviesa de los directores a veces parece ir en la dirección opuesta. Las paredes rosas que irónicamente forman el telón de fondo de las primeras imágenes de la película, así como los numerosos momentos muertos en los que los reclutas tienen que matar el tiempo mirando sus teléfonos móviles o cazando moscas, nos muestran que la poesía y la ironía se pueden encontrar en los lugares más insospechados, dando color a las realidades más grises. LUX es una película aparentemente discreta que, como la propia Suiza, esconde algunas joyas reales e inesperadas en sus profundidades.

LUX ha sido producida y distribuida a nivel internacional por Jeunes Sauvages (la productora del director).

(Traducción del italiano)