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PELÍCULAS / CRÍTICAS Luxemburgo / Bélgica / Alemania / Italia

Crítica: Io sto bene

por 

- El tercer largo de ficción de Donato Rotunno, un sencillo retrato del estado emocional de los emigrados lejos de su casa, sigue a dos generaciones de expatriados italianos que cruzan sus caminos

Crítica: Io sto bene
Renato Carpentieri en Io sto bene

El tema de la inmigración es algo muy cercano para el director Donato Rotunno. Nacido en Luxemburgo en una familia de inmigrantes italianos, el cineasta de 55 años ha abordado esta temática en muchas de las películas que ha dirigido (especialmente en el documental Terra Mia, Terra nostra) o producido a través de su compañía Tarantula Luxembourg. Por lo tanto, no es de extrañar que ocupe un lugar central en su tercer largometraje de ficción, Io sto bene [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, seleccionada como la candidata de Luxemburgo a los Óscar en la categoría de Mejor Película Internacional. Se trata de un drama sobrio en el que dos generaciones de expatriados italianos se cruzan en un ir y venir entre el pasado y el presente, así como en un juego de espejos cuyos reflejos están unidos por la búsqueda de una vida mejor, sus relaciones amorosas sin resolver y la nostalgia que sienten por el hogar.

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La película comienza en un tren, donde tres jóvenes del sur de Italia (Antonio, su primo Vito y su amigo Giuseppe, interpretados respectivamente por Alessio Lapice, Vittorio Nastri y Maziar Firouzi) viajan cada uno hacia un destino diferente: Alemania, Bélgica y Luxemburgo. Es el final de los años sesenta y, como tantos otros compatriotas afectados por la crisis económica, estos jóvenes han dejado atrás su patria en busca de nuevas oportunidades laborales en el extranjero, con la intención de volver a casa seis meses después (o como mucho un año), para cumplir su sueño de casarse con una hermosa mujer italiana. Sin embargo, como descubrimos en la siguiente escena, Antonio tiene ahora 80 años (con el rostro de Renato Carpentieri) y sigue en Luxemburgo, reconocido por sus éxitos profesionales pero viviendo solo. En la misma ceremonia en la que Antonio recibe un premio, nos encontramos con Leo (Sara Serraiocco), una joven DJ italiana que también está sola en Luxemburgo, tras haber sido abandonada por su novio en medio de una gira.

“Solo quiero irme a casa”, le explica Antonio a Leo cuando se conocen por primera vez en un aparcamiento, después de que ella se ofrezca a ayudarlo al verlo un poco perdido. A través de largos flashbacks, descubrimos desde cuándo quiere volver a “casa”. Retrocedemos varias décadas en el tiempo, hasta el momento en que el protagonista se mudó por primera vez a Luxemburgo con 20 años para trabajar como albañil ("Junto con otros inmigrantes italianos, construimos Luxemburgo", insiste el hombre). Allí conoce y se enamora de Mady (Marie Jung), una joven local decidida, acogedora y emancipada, que juega un papel fundamental en su vida, hasta el momento en que comete un terrible paso en falso que lo aleja para siempre de su familia en Italia, a donde nunca regresará. A lo largo de la película, alternamos entre el pasado y el presente de Antonio (Lapice y Carpentieri encajan de forma brillante, especialmente en términos de tono), que ha enviudado recientemente y se ha resignado a mudarse a una residencia de ancianos, pero sobre todo con la realidad actual de Leo, que lucha con uñas y dientes para construir una nueva vida en el extranjero, mientras evita a toda costa volver a su hogar en Italia, a pesar de los abusos y prejuicios que sufre.

Antonio ve en Leo la obstinación de su amada Mady, pero también a la hija que nunca tuvo. Entre ambos se desarrolla una tierna relación, basada en la ayuda y la comprensión mutuas, que pretende ser una lección para no repetir viejos errores. El suyo es un intercambio entre dos generaciones diferentes, y sus conversaciones presentan un retrato simple y sin pretensiones de la situación de los inmigrantes que viven en una tierra extranjera (particularmente en el aspecto emocional). Aunque, en este caso, en lugar de personas que llegan en barco a Europa, hablamos de italianos en Luxemburgo, Bélgica y Alemania, que se marchan con la cabeza llena de sueños, pero condenados muchas veces a la soledad.

Io sto bene es una coproducción entre Luxemburgo, Bélgica, Alemania e Italia, producida por Tarantula Luxembourg, Tarantula Belgium, MaxMa Films y Vivo Film. MPM Premium se ocupa de las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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