email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

BLACK NIGHTS 2021 Rebels with a Cause

Crítica: Snowing Darkness

por 

- El director rumano Gabriel Achim vuelve con una desconcertante película sobre el luto y el significado de las cosas, protagonizada por el cautivador Bogdan Dumitrache

Crítica: Snowing Darkness

El actor rumano Bogdan Dumitrache, al que vimos el año pasado en Spiral [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
, tiene el tipo de presencia capaz de cimentar incluso las películas más surrealistas. En Snowing Darkness [+lee también:
entrevista: Gabriel Achim
ficha de la película
]
, el último trabajo de Gabriel Achim, proyectado este año en la sección Rebels with a Cause del Festival Black Nights de Tallin, Dumitrache es el elemento vital que hace que merezca la pena ver una película a veces frustrantemente opaca.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

El actor interpreta a Teo, a quien vemos por primera vez amenazando con tirarse de un puente. Otro hombre bienintencionado, pero algo descarado, logra detenerlo y distraerlo mediante un monólogo absurdo, saltando de anécdota en anécdota, sin que nosotros (ni el propio Teo) consigamos entender nada. Es una escena desconcertante, pero muy atmosférica, gracias en gran parte al eficaz trabajo de cámara del director de fotografía Adrian Iurchevici y al montaje de Nicolae Claudiu Trif, siempre atento a los matices emocionales en las interpretaciones del reparto.

De hecho, Snowing Darkness cobra más sentido cuando entendemos que su estructura parece estar dictada más por los cambiantes estados de ánimo y pensamientos de Teo que por la causalidad narrativa habitual. La película salta continuamente entre varias escenas que parecen inconexas, hasta que finalmente empiezan a surgir pequeñas similitudes entre ellas. De esta forma, llegamos a comprender que algunas de estas pueden ser reales, mientras que otras son fantasías del protagonista, inspiradas en esa realidad. Vemos a Teo durante una cita con una hermosa mujer (Anca Androne) en un bar, hasta que un distinguido y pretencioso desconocido secuestra su conversación; vemos a Teo visitando un piso donde intuimos que alguien saltó recientemente por la ventana; vemos a Teo y a la mujer, ahora su esposa, junto a su hija aparentemente enferma. En cada escena, los diálogos resultan extraños, nada realistas, hasta el punto de hacernos dudar de si lo que estamos viendo es real.

De esta forma, las escenas posteriores que muestran a Teo en el escenario, junto a algunos de los mismos actores con los que se ha encontrado en secuencias anteriores, son esclarecedoras y al mismo tiempo contribuyen aún más al misterio. La obra se hace eco de escenas y momentos fuera del escenario, hasta que entendemos que Teo es un director de teatro que está preparando una obra sobre la tragedia que ha vivido. Este nuevo elemento provoca que la película se desvíe por otra tangente (otro tren de pensamiento), sobre la responsabilidad de un dramaturgo en la actualidad, en forma de discusión entre Teo y una de sus actrices. Snowing Darkness es una película claramente sumida en el dolor, centrada en un hombre que trata de encontrar sentido a su experiencia, pero también al propio mundo y a cómo encaja todo, a través de una exploración verborreica y sin límites. Sin embargo, su ritmo incansable, casi febril, y su audacia formal y estructural no dejan al espectador suficiente espacio para implicarse realmente en sus intrincados mecanismos.

Snowing Darkness es una producción de Mandragora.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy