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TRIESTE SCIENCE+FICTION 2021

Crítica: Rose: A Love Story

por 

- La primera película de Jennifer Sheridan es una versión romántica y contemporánea de la clásica cinta de vampiros con una óptima interpretación de Sophie Rundle

Crítica: Rose: A Love Story
Sophie Rundle en Rose: A Love Story

Nos encantan las películas sobre vampiros y otras criaturas que acechan en las sombras, pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado lo agotador que debe ser vivir al lado de un monstruo, cuidar de él y controlar su dieta mientras lo mantenemos escondido del mundo? La directora Jennifer Sheridan intenta ofrecer una respuesta a esta interesante pregunta en Rose: A Love Story [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, una película que, como sugiere el título, es una versión romántica y moderna del género clásico. 

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Rose: A Love Story, que compite y pelea por el Premio Melies en el Trieste Science+Fiction Festival, es una película escrita por Matt Stokoe, que también protagoniza la película junto a su pareja en la vida real, Sophie Rundle (Ada Shelby de Peaky Blinders). De hecho, la química de la pareja se puede sentir en su brillante interpretación, algo que da a la película una mayor sensación de intimidad. Rose y Sam son una pareja que vive completamente aislada en un bosque (la película se grabó en el noroeste del Distrito de los Lagos, en Cumbria, Inglaterra) y, al principio, parecen una pareja de supervivientes en un futuro postapocalíptico. Resulta que ocultan un secreto inconfesable en un mundo perfectamente normal.  

Su vida gira en torno a una extraña rutina. Ella es escritora y padece una especie de enfermedad que la obliga a permanecer dentro de la casa de madera rodeada de árboles. Mientras Rose trabaja en una nueva novela usando una vieja máquina de escribir, Sam se aventura en la nieve para recolectar conejos atrapados en trampas u ocuparse de sus verduras (entre las que parece haber mucho ajo…). Luego, vuelve a casa y se dispone a preparar la cena para su esposa, mientras ella se aplica sanguijuelas en las piernas y lee un buen libro. Su único contacto con el mundo exterior es un hombre llamado Alan que les trae latas de gasolina todos los meses para encender la calefacción. Un día, aparece un chico (Nathan McMullen) en lugar de Alan, que engaña a Sam y le roba el dinero. Posteriormente, Sam lo encuentra en el pueblo y lo golpea.  

La atmósfera intensa de la película transmite emoción, mientras lanza pocas pistas. Pero la llegada de Amber (Olive Gray), una chica solitaria que huye de su propia familia, rompe su rutina. Para Rose, que quiere una vida mejor para su marido, lejos de ella y de la terrible situación que los une, Amber representa una oportunidad para que Sam pueda escapar. Pero Sam haría cualquier cosa por su esposa, aunque sabe que eso no puede durar. El final de la película es precipitado y el guion se agita como un papel atascado en una máquina de escribir, forzando la historia hacia un giro inverosímil. Sin embargo, es memorable la melancólica historia de amor y pérdida que vive una joven pareja que no puede parar el tiempo, por no hablar de la violencia repentina (ocasionada por el olor a sangre) que planea constantemente sobre ellos. “Prometo amarte y respetarte, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad…”: si hubiera una cláusula sobrenatural en este voto matrimonial católico… 

Rose: A Love Story ha sido producida por The Development Partnership, Bone Garden Films y Mini Productions. The Yellow Affair gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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