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FEBIOFEST PRAGA 2021

Crítica: Kryštof

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- La última película de Zdeněk Jiráský sigue la trayectoria de un hombre que, de pronto, se ve huyendo y con su vida patas arriba por las purgas comunistas de las instituciones religiosas checas

Crítica: Kryštof
Mikuláš Bukovjan (izquierda) y David Uzsák en Kryštof

El protagonista de la última película de Zdeněk Jiráský, Kryštof [+lee también:
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ficha de la película
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, proyectada en el Febiofest de Praga de 2021, se presenta como un tímido profeso que vive en una comunidad monástica de Checoslovaquia a finales de la década de 1940. No muy lejos de la frontera bavaro‑checa, Kryštof (Mikuláš Bukovjan) de pronto se ve huyendo y con su vida patas arriba por las purgas comunistas de las instituciones religiosas checas.

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En esta recreación de la "Acción K", como se conoce la violenta purga de las instituciones religiosas checoslovacas que tuvo lugar en 1950, se narra la huida de Kryštof junto con Cyril (David Uzsák), un estudiante herido en los ataques. Tras un principio atmosférico, la película no consigue transmitir el peligro en el que se encuentra Kryštof, pues lo diluye en escenas muy cortas que no profundizan en las motivaciones de los personajes. Jiráský hace alusiones a temas como la represión sexual y la rebeldía estudiantil —Kryštof rechaza estoicamente a una enfermera que intenta seducirlo—, pero la tensión se pierde mucho antes, después de la purga del monasterio de la que escapa el protagonista. El guion de Josef Kurz quizá tenga más subtexto de lo que transmiten las actuaciones, y el montaje deja a los actores poco margen para profundizar en las emociones, especialmente en un contexto tan desalentador.

Kryštof, callado al principio por el dogma de su vocación monástica, sigue siendo lacónico tras el trauma vivido. No vemos ni una pizca de catarsis, y su expresión tan fría durante toda la película hace que a esta le falte peso emocional. Esto hace que al espectador le resulte difícil recomponer su historia, pues hay muy pocos momentos de diálogo central. Con una excepción: una escena en la que el protagonista visita a su padre, dentista, donde vemos que este no comparte la devoción de su hijo y está separado de la madre de Kryštof. Aquí, la película sí logra retratar este momento sombrío de la historia checoslovaca: Kryštof va a la deriva sin sus fundamentos religiosos y familiares.

Kryštof está abocado a confiar en Cyril, un personaje cuyo claro carisma se ve mermado, lamentablemente, tras ser herido en el ataque. Pero, a medida que se acercan a la frontera, Cyril pierde también la capacidad de liderazgo por la inexplicable decisión de arrinconarlo en un cine detenido por la policía comunista. Tras esta detención, a Kryštof no le queda otra que seguir corriendo hacia un final trágico. Mucho se queda sin explicar, como el heroísmo defectuoso de Cyril o la falta de determinación de Kryštof a la hora de luchar por su libertad. Pese a no tener una narrativa propulsora, la película se salva por la fotografía de Michal Černý. Sus interesantes composiciones, la iluminación austera y el elegante movimiento de la cámara dotan al filme de Jiráský de cierto atractivo artístico.

Kryštof es una coproducción checo‑eslovaca de Fulfilm y ALEF Film & Media Group, con la colaboración de Czech Television, Barrandov Studios, FULLHOUSE Production Group y Radio and Television Slovakia. Se estrenará en los cines de Eslovaquia el 18 de octubre, y en los de la República Checa, el 21 de octubre, y la distribuye Bontonfilm.

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(Traducción del inglés por Sara Hernández Pozuelo)

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