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ROSA DE ORO 2021

Crítica: January

por 

- El búlgaro Andrey Paounov, conocido por sus documentales con un toque de realismo mágico, ha recibido el Premio Especial del Jurado en el Festival de la Rosa de Oro por su primer largo de ficción

Crítica: January
Iossif Surchadzhiev en January

En su trilogía de documentales Georgi and the Butterflies, The Mosquito Problems and Other Stories  y The Boy Who Was a King, donde examina la transición política y social búlgara posterior a 1989, Andrey Paounov disecciona este proceso interminable haciendo zoom en los destinos peculiares de personas hasta entonces anónimas. Con su filmografía como telón de fondo, Paounov debuta con su primer largometraje de ficción, January, galardonado con el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de la Rosa de Oro. Su película parece una conclusión apocalíptica de esta transición, ya que describe un mundo cerrado en la deteriorada Bulgaria poscomunista con personajes anónimos que se enfrentan a la extinción. La película está vagamente basada en la obra homónima del poco convencional escritor búlgaro Yordan Radichkov, conocido por su estilo lingüístico singular y sus insinuaciones metafóricas. Y si la obra de 1974 reflexionaba sobre la desaparición de los pueblos búlgaros en el torbellino de un proceso de vasta modernización, la película de 2021 parece sugerir el desvanecimiento de la nación, si no de la propia humanidad.

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En el nevado mes de enero, el más búlgaro de todos (según Radichkov), en el que ninguna persona en su sano juicio se adentraría en el bosque (según Paounov), El Guardián (Samuel Finzi) de un remoto complejo de cabañas de montaña semiabandonado medita sobre un cascanueces mientras resuelve crucigramas con El Anciano (Iossif Surchadzhiev). El tercer ser que les hace compañía es un cuervo negro enjaulado que vacía meticulosamente vasos de Rakia. Su extraño idilio invernal se ve interrumpido por Los Mellizos (Zahary Baharov y Svetoslav Stoyanov), que necesitan el tractor del dueño de la cabaña, Peter Motorov, para sacar su quitanieves, que se ha quedado atascada. Sin embargo, Motorov se ha esfumado por el bosque en su trineo. Pronto, El Cura (Leonid Yovchev) se une también al insólito grupo, y todos comienzan a esperar activamente a Motorov mientras susurran historias sobre el merodeador tenetz (que significa “fantasma” en el dialecto del noroeste de Bulgaria) y son testigos de extraños sucesos: el caballo de Motorov trae una y otra vez el trineo con lobos muertos y congelados, pero sin el propio Motorov. Más o menos en este punto, la trama empieza a caer en un oscuro absurdo al presentar a cazadores de fantasmas disfrazados y seguir la desaparición gradual de los personajes en la nieve.

En comparación con la obra de teatro, los diálogos de la película son escasos, pero van directos al grano. Paounov da vida al complejo vocabulario de Radichkov construyendo una imaginería inventiva. Forma parte de un decorado muy estilizado, en blanco y negro que enfatiza la decadencia natural y estetizada. Cuando la cámara exploradora de Vasko Viana (The Last Bath [+lee también:
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) se aleja de los rostros para hacernos un tour por los alrededores, nuestra mirada se topa con retratos abandonados de exlíderes comunistas y montones de objetos rotos e inutilizados, todos ellos restos de un pasado sin procesar. Tal puesta en escena es la premisa de una pieza alegórica de cine que, a nivel universal, ilustra el miedo a la muerte y la anticipación a la catástrofe global. A nivel local, sin embargo, menciona de pasada la fallida transformación política que, tres décadas después del reinicio del sistema, resultó en la disminución de la población, la ruina de las infraestructuras y las zonas abandonadas en todo el país. En cuanto a la figura siempre ausente de Peter Motorov, de quien todos parecen depender, crea una alusión a los omnipresentes oligarcas poscomunistas.

Más allá de su relación con la historia reciente de Bulgaria, January de Paounov, con su absorbente fotografía, su espeluznante banda sonora, su magnífico reparto y su suspense en constante aumento, es un thriller de misterio de primera categoría que no necesita ser situado necesariamente en un contexto específico para poder ser disfrutado.

January ha sido producida por la búlgara Portokal, y coproducida por la Televisión Nacional de Bulgaria (BNT), la portuguesa Terratreme y Tarantula, de Luxemburgo.

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(Traducción del inglés por Nuria Olivas Valera)

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