03/09/2021 - VENECIA 2021: Loup Bureau se sumerge en un puesto del ejército ucraniano en Donbass y toma el pulso de una guerra en suspensión, una extraña mezcla de espera y de violencia

“¿Qué hacen nuestros amigos? –Los nuevos están más calmados, rara vez disparan, los anteriores eran unos auténticos brutos”. En este puesto de avanzadilla del ejército ucraniano en Donbás, en primera línea, donde las posiciones enemigas de los separatistas prorrusos están a la vista, la electricidad vacila y los perros holgazanean a los pies de los soldados limpiando sus armas. Desde la primavera de 2014, se suceden los acuerdos de alto el fuego, pero “la guerra no se termina”. Allí, el periodista francés Loup Bureau (conocido por haber sido detenido de forma arbitraria durante casi dos meses en Turquía en 2017 por “actividades relacionadas con el terrorismo”, mientras cubría la actualidad conflictiva de la región al lado de los kurdos, y que fue liberado después de la intervención del presidente Macron) decidió grabar su primer (y muy conseguido) documental, Tranchées [+lee también:
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Grabar la guerra en primera línea o la frágil suspensión de las hostilidades no es ninguna novedad, pero el cineasta francés ha elegido un enfoque singular que le permite captar a la perfección la atmósfera de los lugares y dar a su película un sello artístico indiscutible (su pasado como fotoperiodista y el hecho de grabarla él mismo, desempeñando el papel principal en una puesta en escena muy natural), dejando que la experiencia humana de los combatientes aflore a su ritmo. Pues la banalidad empieza a tomar forma; el día a día de los soldados recorriendo las trincheras y sus innumerables obstáculos, abriendo nuevas vías sin pausa a golpe de palas y picos, y volviendo a empezar continuamente según los movimientos de la tierra. Una labor de Sísifo entrecortada por violaciones puntuales del alto el fuego por parte del enemigo, de explosiones repentinas, de bombardeos de artillería, carreras para esconderse en los búnkeres, de respuestas, angustias, heridos o algo peor. Y, en la penumbra de los refugios a penas alumbrados por la luz difusa que atraviesa las paredes, pasan el tiempo, cocinan, lavan la ropa, hacen confidencias al cineasta, hablan de Dios, de los que viven y aman en la distancia, de los objetivos de esta guerra de broma… Y después, las radios vuelven a crepitar y la rutina vuelve a empezar, monótona y siempre amenazante…

Loup Bureau, que elige el blanco y negro (a excepción de las pocas secuencias del retorno a la vida civil), refuerza el carácter atemporal de este conflicto, cuyas condiciones rudimentarias recuerdan a la Primera Guerra Mundial. Troncos, sacos de arena, barro, pisadas muy prudentes en tierra de nadie y, sobre todo, esperas y plegarias silenciosas para que la muerte no caiga directamente sobre ti. Una guerra larvada en las antípodas de los avances tecnológicos que es noticia cada cierto tiempo en otros lugares, y un ambiente a la altura de los hombres (y de la mujer, como la soldado "Perséfone") que el cineasta destaca al construir planos secuencia deambulatorios con pequeños toques íntimos y fascinantes. Una aproximación inmersiva que no privilegia a personajes particulares y que juega con la extensión del tiempo para mostrar los temblores y los repentinos terrores anclados en el corazón de la rutina militar de una línea de frente y de una agotadora guerra verdadera/falsa en el Donbás de la que nadie ve el resultado.  

Tranchées ha sido producida por Unité. Films Boutique [+lee también:
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(Traducción del francés)