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SARAJEVO 2021

Crítica: Toma

por 

- La nueva película de Dragan Bjelogrlić es una romantizada y melodramática biografía de un famoso cantante folk serbio y yugoslavo

Crítica: Toma
Milan Marić en Toma

Para el público de cierta edad de la antigua Yugoslavia, no hace falta presentar a Toma Zdravković, ya que fue un personaje público famoso, un verdadero bohemio y un cantante de la música folklore serbia. A pesar de que murió de cáncer de próstata hace 30 años, muchos todavía recuerdan sus canciones tristes sobre la decepción y la falta de felicidad en el amor, y las anécdotas de su vida pintoresca, así como su pasión por los cigarrillos, la bebida y el juego. Su biografía parece ideal para crear una película sobre él, por lo que era un tanto extraño que todavía no hubiese una película biográfica basada en él.

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Dragan Bjelogrlić, director de las películas de la saga Montevideo y la serie Black Sun, que fue todo un éxito regional, y Zoran Lisinac, el medio de 2013 de Michael Madsen Along the Roadside, han enmendado este error. El estreno mundial de Toma [+lee también:
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es una elección apropiada para cerrar el Festival de Cine de Sarajevo en varios lugares al aire libre, teniendo en cuenta que el protagonista es bastante conocido en Bosnia y Herzegovina, pero la probabilidad de que la película se distribuya fuera de la región oeste de los Balcanes es pequeña.

La trama de Toma se desarrolla en dos hilos paralelos. El primero trata los últimos años de su vida, desde que se desmayó después de un concierto en Belgrado hasta su fallecimiento en la época de la caída de Yugoslavia en 1991. La relación que tiene con su doctor, interpretado por Petar Benčina, es clave en esta parte, y mientras su doctor intenta curar el cuerpo de Toma, él cura su alma. La segunda abarca el período de más de 30 años en el que vemos a Zdravković desde sus comienzos humildes en la ciudad de Leskovac hasta que llega a la fama nacional y la fortuna, al igual que su posterior caída en el vicio debido a deseos románticos frustrados y la tristeza inherente en su alma sobre la que cantaba. Los momentos principales de su vida están ahí, pero el corazón de la historia es una subtrama melodramática que involucra su romance frustrado con Silvana (Tamara Dragićević), otra cantante folklore, a quién le escribió su mejor canción.

Milan Marić (que saltó a la fama con Dovlatov [+lee también:
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entrevista: Milan Maric
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) interpreta a Zdravković tanto de joven como de mayor, se concentra en clavar el “aura” del personaje, a pesar de sus diferencias físicas. Su trabajo es admirable, con el único error de que su voz al hablar no suena como la de un anciano. Con respecto a sus compañeros principales de reparto, Benčina es poco expresivo en sus frases, mientras que Tamara Dragićević encarna la sensualidad de una estrella del folk en alza con una pizca de tristeza en su alma. Los otros personajes son normalmente tipos (Andrija Kuzmanović que se desenvuelve mejor de tono humorístico, el mánager Drda) mientras que otros personajes famosos están relegados a cameos largos, lo que probablemente se arreglará en la próxima serie.

A nivel técnico, Toma es una película hecha decentemente, gracias a los diseños de producción de mano de Jovana Cvetković y Jelena Sopić, y la fotografía de estilo retro de Goran Volarević. El uso abundante de la música de Željko Joksimović hace que Toma sea casi (pero no exactamente) un musical, y algunas de las conexiones entre las canciones de Zdravković y los momentos principales sean demasiado obvios, mientras que la conexión metafórica de la muerte del cantante y la caída del país es muy rebuscado. También hay un problema con los numerosos elementos de la trama que se exponen, pero no se llegan a desarrollar, y la sobredependencia en el melodrama hace que Toma sea incluso más trágica que las canciones de Zdravković, pero este autoproclamado retrato impresionista de una persona famosa le abre las puertas a nuevos caminos al cine serbio.

Toma es una producción serbia entre Cobra Film y Minacord.

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(Traducción del inglés)

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