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SARAJEVO 2021 Competición Documentales

Crítica: Divas

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- El húngaro Máté Kőrösi explora la vida de tres jóvenes mujeres de 20 años, creando un diálogo en el que se incluye él mismo como uno de los protagonistas

Crítica: Divas

Divas, el primer largometraje documental del director húngaro Máté Kőrösi, que se ha estrenado a nivel mundial en el Festival de Sarajevo, es un claro ejemplo de sintonía entre el contenido y la forma. En su exploración de las llamativas personalidades de tres amigas inseparables de 20 años de Budapest, el cineasta crea un verdadero vínculo con ellas a través de su cámara y algunas animaciones muy bien hechas.

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Szani, Tina y Emese son alumnas del instituto Belvárosi Tanoda, donde los estudiantes inadaptados y conflictivos reciben una segunda oportunidad para terminar sus estudios. Kőrösi utiliza su propia voz en off para explicar cómo encontró el lugar y qué le hizo decidirse por aquel tema para su primera película. A lo largo del documental, el director no solo se hace presente con sus pensamientos y sugerencias, sino que también aparece en pantalla en forma de personaje animado, mediante una sencilla técnica 2D que parece funcionar como una rotoscopia.

Las tres chicas se hacen llamar Divas, pero en realidad se trata de tres millennials muy inseguras con personalidades, condiciones de vida y esperanzas de futuro muy dispares. Szani es la más expresiva, no hace más que pensar en su aspecto, vive sola y trabaja en un karaoke. Tina es más tranquila y espiritual, practica yoga, es vegana, y al principio de la película rompe con su novio, lo que la lleva a reflexionar acerca de sus decisiones y su futuro. Por su parte, Emese es probablemente la más reflexiva e insegura. Al final, la difícil situación de Szani llevará a un final amargo e inesperado en el que el espectador se dará cuenta de lo mucho que se había encariñado con los personajes a lo largo de esta animada y trepidante película.

Kőrösi filma con cámara en mano, a menudo muy cerca de las protagonistas, y habla con ellas, transmitiendo una sensación de naturalidad y espontaneidad. Las protagonistas tienen un grupo de chat con Kőrösi, y con frecuencia se muestran en pantalla algunos de los mensajes del grupo. En un momento dado, les pide que se hagan vídeos diarios de ellas mismas, de manera que estos testimonios a través de webcams acaban por aumentar la proximidad entre los personajes y el público. La ciudad de Budapest, con el imponente Danubio y sus hermosos puentes y paseos arbolados, pero también con sus callejones empapados por la lluvia, da al documental un toque de mundanidad y universalidad.

El montaje de Alexandra Láng es muy rápido y fluido, con escenas o planos individuales que a menudo duran solo unos segundos, lo cual evoca al formato de los vídeos de YouTube y TikTok. La música electrónica de Márk Bartha también se ajusta a la edad y subcultura de las chicas, al mismo tiempo que resulta elegante y se mantiene alejada de referencias demasiado obvias.

Szani, Tina y Emese no son las únicas que crecen y maduran a medida que avanza la película, ya que también lo hace el director, que tenía tan solo 26 años cuando empezó a rodar la película. Estas conversaciones entre individuos de generaciones (y sexos) diferentes constituyen uno de los aspectos más atractivos de la película, aunque Kőrösi respeta en todo momento el límite marcado por la cámara, excepto cuando se le invita expresamente a cruzarlo.

Divas es una coproducción de la productora húngara Makabor Studio y HBO Europe, y Reservoir Docs tiene los derechos internacionales.

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(Traducción del inglés por Jaume Joan Buforn Baldó)

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