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CANNES 2021 Semana de la Crítica

Crítica: Bruno Reidal

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- CANNES 2021: Vincent Le Port hace una entrada espectacular en el mundo del largometraje con una película sombra y clínica heredera de Bresson y Haneke, sobre una vida criminal

Crítica: Bruno Reidal
Dimitri Doré en Bruno Reidal

“Cuando estoy atormentado por ideas de muerte, estoy tranquilo y silencioso”. Estamos en 1905, en la Francia profunda y pobre del Cantal, y un adolescente se enfrenta a tres médicos muy atentos. Es un joven de 17 años, mide 1,62 y pesa 60,5 kilos. “Su musculatura es delgada, su cuerpo débil, su expresión dulce e inquieta. Es melancólico, taciturno, hipócrita”. Su nombre, Bruno Reidal [+lee también:
tráiler
entrevista: Vincent Le Port
ficha de la película
]
, da título al insólito, incómodo y brillante primer largometraje de Vincent Le Port que no ha dejado indiferente a nadie en la 60ª Semana de la Crítica del 74º Festival de Cannes, donde fue presentado en sesión especial.  

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“¿Si estoy enfermo? Yo no estoy loco. No quiero estarlo”. La película, que empieza con la secuencia de un asesinato sangriento en un bosque y que termina con el regreso de Reidal al pueblo para ser encarcelado, se inspira en un suceso real documentado en un relato escrito por el propio asesino a petición de los médicos, donde examina su corta vida para intentar comprender su gesto insensato. “Información sobre mi familia” (seis hijos con destinos diferentes, una madre irritable y poco afectuosa –“yo aprendí a trabajar y a sufrir, y tú también lo harás”–, un padre campesino inteligente que murió joven a causa de una enfermedad), recuerdos trascendentales (una insolación intensa, el degüello estridente del cerdo ante sus ojos de niño es sinónimo de sangre, de pequeña fiesta y de preguntas: “¿así se mata a los hombres?”) y la primera señal a los 9 o 10 años: imaginar hacer sufrir a sus compañeros de clase. Un deseo de matar que no dejará de crecer. Más tarde, una agresión sexual por parte de un vagabundo y un disfrute limitado que se transforma en adicción a la masturbación íntimamente ligada a pensamientos de muerte. Pulsiones que torturan su consciencia profundamente católica y que intenta frenar en vano, incluso en el seminario donde es enviado y sobresale académicamente. “Pero para qué luchar contra el destino. Debes ser un asesino. Lo que tiene que llegar, llegará”.

Bruno Reidal, una mezcla de Bresson y de Haneke, firma el debut de un cineasta excepcional, que sabe dotar de una existencia tangible y creíble a un mundo social antiguo, con una percepción aguda de la fuerza expresiva (el personaje principal es interpretado en tres edades por Dimitri Doré, Alex Fanguin y Roman Villedieu), y difuminando la austeridad del relato con un desarrollo narrativo que entremezcla flashbacks, voz en off e interrogatorios. El tema podrá no gustar a algunos, pero Vincent Le Port presenta un análisis cinematográfico tan clínico que la admiración superará con creces el malestar circundante. Un director para seguir de cerca.

Bruno Reidal ha sido producida por Capricci Films y Stank, y coproducida por Arte France Cinéma. Indie Sales gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del francés)

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