11/07/2021 - CANNES 2021: Mia Hansen-Løve elabora una gran obra, un juego de espejos sobre la pareja, la creatividad, la cinefilia y los fantasmas, en el marco estival de isla de Fårö

"¿Quién eres tú? ¿Tú o yo?" En La isla de Bergman [+lee también:
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entrevista: Mia Hansen-Løve
ficha de la película], que compite en el 74º Festival de Cannes, la directora francesa Mia Hansen-Løve invita al espectador a un viaje más allá del suelo firme de las certezas, a la isla cinematográfica donde debemos descubrir todo por nosotros mismos, donde llegamos con el equipaje más o menos pesado de nuestros recuerdos, o con los temblores del presente, un lugar donde las reglas del juego puede cambiar radicalmente en cualquier momento. A través de esta inmersión estival de gran belleza formal, habitada por secretos delicados y capas invisibles, la cineasta despliega a la perfección su desarrollado sentido de los matices, los reflejos y las profundas corrientes submarinas que influyen en la superficie de los sentimientos.

En apariencia, todo parece muy sencillo. Con el objetivo de escribir sus respectivos guiones, Chris (Vicky Krieps, una actriz ideal para el estilo refinado y ultrasensible de la cineasta) y Tony (Tim Roth) deciden pasar el verano en la isla sueca de Fårö, en la que vivió durante 40 años (y rodó seis películas) uno de los grandes maestros de la historia del séptimo arte: Ingmar Bergman. La ambientación es espléndida (naturaleza, tranquilidad, playa, horizonte, bicicletas...) y la pareja alterna sus visitas turísticas y cinéfilas con sesiones de trabajo, cada uno en su propio espacio (en el caso de Tony, la casa alquilada donde se rodó Secretos de un matrimonio, una obra que popularmente provocó un número récord de divorcios; mientras que ella se hospeda en un molino de viento cercano). Sin embargo, existen tensiones casi imperceptibles entre ellos, así como tormentosos jardines secretos... Al igual que la casa de Como en un espejo, una de las paradas en el tour local de Bergman, todo puede ser simplemente una fachada…

De hecho, la película pasa de repente a otra dimensión cuando Chris comienza a narrarle a Tony el guion que está escribiendo, titulado The White Dress (El vestido blanco). Todo comienza en el mismo ferry que vemos al principio, pero esta vez acompañando a Amy (Mia Wasikowska), que llega desde Nueva York para pasar tres días en Fårö con motivo de la boda de su amiga Nicolette (Clara Strauch), aunque especialmente emocionada ante la perspectiva de volver a ver a Joseph (Anders Danielsen Lie), el gran amor de su adolescencia, que también fue su amante años después (“la primera vez demasiado pronto, la segunda demasiado tarde”). Chris le cuenta esta historia a Tony, pero el cuento de muñecas rusas de Bergman Island todavía nos reserva más sorpresas…

Un juego de espejos muy bien controlado, con múltiples capas y cierta ligereza para descifrar algunos afectos profundos (tormentosos o incluso oscuros), evitando cualquier catarsis (“jugamos a arrojarnos medusas que no pican”). Un estudio puntillista de las corrientes y fantasmas que circulan dentro de las parejas, un reciclaje bergmaniano y un homenaje para los cinéfilos exegetas (aunque no hace falta ser un estudioso en el tema para apreciar la película), algunos toques de humor (una novedad en la carrera de la cineasta), actores impecables y una dirección de consumada elegancia (con una magnífica fotografía de Denis Lenoir). Mia Hansen-Løve firma la quintaesencia de su estilo con una delicadeza que hará las delicias de sus seguidores.

La isla de Bergman es una producción de la compañía parisina CG Cinéma, coproducida por Arte France Cinéma, la alemana Neue Bioskop Film, la belga Scope Pictures, la sueca Plattform Produktion, la mexicana Piano y la brasileña RT Features. Kinology se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del francés)