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PELÍCULAS / CRÍTICAS Bélgica / Países Bajos / Alemania

Crítica: My Dad Is a Sausage

por 

- Con su primer largometraje, Anouk Fortunier firma una comedia pop y refrescante para toda la familia, sobre la libertad que reside en reinventarse

Crítica: My Dad Is a Sausage
Savannah Vandendriessche y Johan Heldenbergh en My Dad Is a Sausage

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, el primer largometraje de Anouk Fortunier, escrito por el célebre guionista flamenco Jean-Claude Van Rijckeghem (Vincent [+lee también:
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) a partir de una novela infantil de Agnès de Lestrade, sigue las aventuras de un dúo padre-hija sorprendente y conmovedor en busca de su identidad, de su verdadero lugar en el mundo.  

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A las puertas de la adolescencia, Zoé (Savannah Vandendriessche) observa de lejos pero con sagacidad la pequeña comedia de la felicidad que parece representar su familia: cada uno interpreta a la perfección su papel, se sabe el guion de memoria, sin salirse de la imagen de la familia perfecta. Mamá, directora de una empresa de éxito, está de viaje de negocios; papá trabaja en un banco y juega con las cifras. Su hermana mayor alterna las clases de violín con las tareas escolares, mientras que su hermano mayor… Bueno, la tendencia a la supervivencia de su hermano mayor hace que viva encerrado en la cueva, pero sigamos.

Cuando su padre (Johan Heldenbergh) deja su trabajo de banquero para intentar convertirse en actor, su madre no está nada contenta. Zoë es la única que cree en su padre y se lanza a la aventura con él. La joven también tiene que ajustar cuentas con su lugar en el mundo. Ella acompañará a su padre en su búsqueda y encontrará un modelo en este adulto en plena crisis que se atreve a recuperar el color en su vida reconectando con su alma de niño.  

Mon père est une saucisse parte de una premisa alocada (un contable, en plena crisis de los 40, decide volver a uno de sus primeros amores, el teatro, para terminar disfrazado de salchicha vegana en un anuncio de televisión) para proponer un cuento moderno, a la vez poético y cotidiano, sobre el síndrome de desgaste profesional, destinado a un público infantil y adolescente que lo toma en serio.

También es el resultado del trabajo de un grupo de directoras del joven cine flamenco que se dirigen a un público joven para hablar, con seriedad y fantasía, de temas ásperos y muy contemporáneos, como el síndrome de desgaste profesional en esta ocasión, pero también de los sin papeles en Binti [+lee también:
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, de Frederike Migom, o de la vida en las grandes torres urbanas en Rosie & Moussa [+lee también:
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, de Dorothée van den Berghe.

La película se impone por su capacidad de mirar a su público directamente a los ojos y por las interpretaciones de la joven Savannah Vandendriessche, que también participó en Rosie & Moussa, del excelente Johan Heldenbergh (el protagonista de Alabama Monroe [+lee también:
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o de la película estadounidense La casa de la esperanza), y de Hilde De Baerdemaeker, habitual de la televisión flamenca.

También resultarán entretenidas las atractivas secuencias animadas, que representan la vida interior de Zoé, sus cuestionamientos sobre el equilibrio entre nuestras partes creativas y nuestras partes racionales, nuestro cerebro derecho y nuestro cerebro izquierdo, y que aportan pertinencia y poesía a la historia.

Mon père est une saucisse ha sido producida por Dries Phlypo para A Private View en coproducción con la productora holandesa The Film Kitchen y Leitwolf Filmproduktion de Alemania. Studio Hamburg Enterprises gestiona las ventas internacionales y Paradiso la distribuye en Bélgica.

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(Traducción del francés)

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