12/03/2021 - El primer largometraje de ficción de Jean-Louis Schuller ilustra una magnífica búsqueda de identidad en los confines del mundo, en el archipiélago Svalbard

En noruego, “hytte” significa cabaña. Es el título del primer largometraje de ficción de Jean-Louis Schuller, presentado en el 11º Luxembourg City Film Festival. Schuller, que empezó como director de fotografía, dirigió el documental Black Harvest [+lee también:
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ficha de la película] (2014), con Sean Clark, sobre la fiebre del oro moderna en Dakota del Norte, o el mediometraje High/Low (2011), con Sam Blair, sobre el universo de los juegos de azar en Hong Kong y Macau. A Schuller le interesan las figuras acérrimas, hombres decididos, como los ciclistas que entrenan para el Tour de Francia en The Road Uphill (2011). Sus personajes, a veces perdidos, se encuentran atrapados en situaciones extremas o exiliados. Es el caso de Luc que, en Hytte [+lee también:
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entrevista: Jean-Louis Schuller
ficha de la película], llega a Svalbard, un territorio insular atípico.

Desconocemos los motivos que han llevado al protagonista, interpretado con precisión y originalidad por Luc Schiltz (Capitani), al territorio más septentrional de Noruega. Estas espléndidas tierras desoladas, situadas más allá del círculo polar ártico, cuentan con unos 2000 habitantes. Muchos son trabajadores extranjeros que no necesitan visa para trabajar: el marco jurídico de la región, fuera de la fiscalidad noruega, permite a cualquiera explotar los recursos de estas tierras situadas en los confines del mundo. Durante la era soviética, los rusos eran numerosos. Hasta fundaron una ciudad obrera, hoy abandonada (para saber más sobre este tema, leer el excelente ensayo de Kjartan Fløgstad, Pyramiden: Retrato de una utopía abandonada). 

Desde su llegada, Luc escucha hablar de los rusos: visita un campamento desierto que despierta en él una extraña fascinación. En este misterioso decorado, este padre de familia recién divorciado conoce a Mike (Mike Tock). Al igual que Luc, Mike es luxemburgués. Su encuentro tiene lugar una tarde de borrachera, bajo el sol de medianoche (que dura de abril a agosto en la región). Después de hablar de la existencia de una cabaña remota donde al fin parece haber encontrado la paz, Mike desaparece. El guión, escrito por Jean-Louis Schuller y Jérémie Dubois, juega con este personaje alegórico cuya existencia nos cuestionamos. Es un reflejo de las reflexiones metafísicas del protagonista.  

Como arquetipo del hombre moderno, Luc no sabe a dónde va: a los cuarenta años y con una hija de 7, a quien ha descuidado durante su exilio, su agitación constante y su falta de confianza son el reflejo de los males de nuestra época. A primera vista, se señalan la saturación tecnológica y la omnipresencia de los medios.

En su precipitada huida, que dura doce meses, Luc conoce a Ingrid, una noruega (interpretada por la excelente Ingrid Liavaag, una auténtica revelación). Junto a la joven, el protagonista se cuestiona su masculinidad, busca una nueva definición de pareja. Con su bondad y su fuerte personalidad, Ingrid lo apoya, lo acompaña. 

Hytte, grabada con un equipo muy reducido, es una obra apasionante y singular. A pesar de la plenitud y de la calma impuestas por sus decorados naturales, esta película reflexiva no se hace lenta gracias a un montaje eficaz y abierto a la experimentación. En la película también participan varios habitantes reales de Svalbard, que interpretan su propio papel. Aquí hay un descubrimiento real, que vale la pena ver.

Hytte ha sido producida por a_BAHN (que la distribuirá en Luxemburgo), Novak Prod, Les Films Fauves y Espera.

(Traducción del francés)