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BERLINALE 2021 Competición

Crítica: Memory Box

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- BERLINALE 2021: En la dulce pero poco memorable película de Joana Hadjithomas y Khalil Joreige, una chica conoce a su madre cuando era adolescente, pero sin historias al estilo Marty McFly

Crítica: Memory Box

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, la película de Joana Hadjithomas y Khalil Joreige, proyectada en la sección principal de la Berlinale 2021, las chicas sólo quieren pasarlo bien y descubrir los secretos de su madre, que llegan por correo en un paquete y, cuya abuela considera que “arruinarán la Navidad”. La Navidad se celebra en Montreal, donde vive la familia de Alex (Paloma Vauthier), después de haber huido de una Beirut destrozada por la guerra hace muchos años.   

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Puede que la abuela tenga razón, ya que no ha sido un desarraigo fácil: ella todavía se niega a hablar francés a diario, mientras que la madre de Alex, Maia (Rim Turki), no tiene mucho en común con su hija adolescente. Por otro lado, puede ser la excusa perfecta para que Alex haga precisamente lo que le han prohibido hacer: abrir esa caja de Pandora repleta de diarios y casetes viejos que su madre le enviaba a su mejor amiga cuando ambas eran adolescentes. 

Tiene sentido que suene “One Way or Another”, de Blondie, ya que esta chica no cederá. Adiós a la privacidad: descubrirá a su madre, de una forma u otra, absorta en esas notas y fotografías viejas. Y, según ella, está preparada para convertirse en su nueva confidente: fascinante, honesta y, en definitiva, muy parecida a su madre, con sus mechones oscuros teñidos con aerosol, símbolo de una sumisión parcial. “¡Dijo que no había fumado nunca!”, dice Alex, entre el enfado y la emoción, mientras sigue compartiendo sus hallazgos, pero pronto descubre una historia real a través de pequeños detalles: la de un primer amor apasionado, pero también la de una guerra, que acortó la juventud de su madre y de la cual nunca se ha hablado en casa.

A nivel visual, es una historia muy dinámica, donde los directores dejan rastros personales, ya que desde el principio anuncian que se trata de “una adaptación libre de la correspondencia de Joana Hadjithomas 1982-1988” y de las fotografías de Joreige. También es visualmente dinámica porque Alex crea su propio archivo, documentando cada cambio físico o de humor (y secretos) en su teléfono móvil; esa “caja de recuerdos” que olvidamos que tenemos. Es divertido verla pasar de las fotos antiguas a sus fotos actuales, que interactúan y conviven a la perfección, con la ayuda de algunos flashbacks donde a Maia también se le permite hablar. Pero cuando llega el momento de volver al mundo real, los enfrentamientos emocionales a los que la película debe conducir no resultan convincentes. Es como si las actrices hubieran trabajado mejor por su cuenta, al igual que hicieron sus personajes durante años y, aunque un terapeuta no estaría de acuerdo, lo que no se dice funciona mejor que un resumen detallado de todo lo que se ha hecho mal en la película. O quizás es que esa sensación de misterio se pierde de repente. Quizás eso es lo que ocurre cuando abres la caja.    

Memory Box ha sido producida por la compañía francesa Haut et Court, la libanesa Abbout Productions y la canadiense micro_scope Production. Playtime gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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