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TRIESTE SCIENCE+FICTION 2020

Crítica: Yummy

por 

- La comedia de zombis belga de Lars Damoiseaux pone el foco en donde hay que hacerlo: en los pechos

Crítica: Yummy
Benjamin Ramon, Maaike Neuville y Bart Hollanders en Yummy

Después de Zombies party (una noche... de muerte), se ha vuelto cada vez más difícil encontrar un nuevo ángulo en el género de la comedia de zombis, por lo que resulta lógico que Yummy [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
decida retroceder en lugar de avanzar, también en lo que se refiere a la representación de las mujeres. Al menos, el director Lars Damoiseaux tiene la gran idea de ambientar la historia en una sospechosa clínica con aires de Europa del Este, donde las mujeres buscan operaciones de pecho baratas y las adolescentes acuden para conseguir abortos gratuitos. Una vez presentado este encantador planteamiento, el cineasta procede a enseñar absolutamente todo a los espectadores desprevenidos. De forma regular.

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Las zombis en topless que se arrastran en ropa interior (así como los ginecólogos zombi) sirven como telón de fondo para una historia de amor genérica, en la que una pareja joven, a punto de comprometerse, llega a la clínica acompañada de la madre de la chica, que también quiere hacerse algún arreglo. Allí son recibidos en un lenguaje aparentemente creado para la película, y que solo Borat podría entender.

Sabemos que la dulce Alison (Maaike Neuville) es una buena chica, porque parece realmente enamorada de su novio gafotas y busca una reducción de pecho, cansada de tanta atención no deseada. Sin embargo, su viaje comienza mal, y después de verse obligados a acabar con la vida de un animal atropellado, las cosas solo van a peor. Si hay algo con lo que Yummy se compromete de verdad es con explotar el concepto del asco.

Lo cual está muy bien, pero a pesar de algunos buenos efectos especiales y una o dos carcajadas (durante un ataque especialmente entretenido, al ritmo de música de baile hortera, asistimos a un procedimiento quirúrgico que sale muy mal), lo cierto es que no logramos empatizar con nadie durante este “tetapocalipsis”. Anunciada como la primera película belga de zombis, Yummy ofrece exactamente lo que promete en su descripción: liftings faciales, operaciones de pecho y zombis. Además de nueve "adolescentes cachondos" y dos "hombres barbudos cachondos" citados en el reparto. No obstante, los trasfondos superficiales como el del pobre Michael (Bart Hollanders), obligado a abandonar la facultad de medicina por miedo a la sangre, aportan muy poco a la narrativa. Una narrativa que incluye (y esta debe ser la primera vez que se escribe algo así en Cineuropa) un pene alargado quirúrgicamente en llamas. Dicho esto, el hecho de escuchar a un cirujano ensangrentado preguntándose si "tal vez podemos crear una vacuna", mientras el peligro ya está arañando la puerta, puede resultar dolorosamente familiar en estos tiempos.

Yummy es una producción de las belgas 10.80 Films, A Team Productions y Everstory Productions. Raven Banner se ocupa de las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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