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VENECIA 2020 Competición

Crítica: Miss Marx

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- VENECIA 2020: Susanna Nicchiarelli presenta una versión punk de la hija de Marx, en un manifiesto socialista que rompe la cuarta pared

Crítica: Miss Marx
Romola Garai en Miss Marx

Hay algo que nos resulta familiar en Miss Marx [+lee también:
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, de Susanna Nicchiarelli, a punto de estrenarse en los cines italianos y que ahora se proyecta en la sección principal del Festival de Cine de Venecia. La idea de añadir un poco de punk a una figura histórica, que suele ser relegada a mirar desde una vieja fotografía, ya se ha hecho antes (por ejemplo, en María Antonieta, de Sofia Coppola, que tenía música de New Order o Siouxsie and the Banshees. Y se hizo mejor).

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En su intento de descifrar el enigma que fue la hija menor del famoso filósofo alemán, Eleanor Marx (Romola Garai), fallecida a los 43 años, Nicchiarelli se apoya en una lista de melodías placenteras y estridentes. Esa combinación, apenas revolucionaria (ironía), es lo que acaba salvando la película (sin olvidar que da voz a la ira oculta de su protagonista, expresada en un baile frenético). Eleanor puede ser una luchadora fuera de casa, pero dentro pierde chispa; y la alusión a una “niña-muñeca”, de la obra de Henrik Ibsen que ella misma tradujo, que pasa primero por su padre y luego por el hombre con el que convive (Patrick Kennedy como Edward Aveling), es muy dolorosa. Es la única frase honesta y directa sobre su situación (y proviene del texto de otra persona).  

La historia guarda cierto parecido con la película anterior de Nicchiarelli proyectada en Venecia, Nico, 1988 [+lee también:
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, ya que ambas cuentan con mujeres famosas que no sólo comparten pelo largo, sino también una dosis de profunda infelicidad. La primera contaba con la actuación de Trine Dyrholm y la segunda tiene como protagonista a Romola Garai.

Su interpretación resulta conmovedora, ya sea narrando la historia de amor “perfecta” de sus progenitores durante el entierro de su padre —con la presencia ocasional de Philip Gröning, que interpreta al difunto Marx, un hombre que logra decepcionar a su hija incluso después de su muerte— o resignándose poco a poco a su destino. En realidad, ella es mucho mejor que las escenas en las que aparece, a menudo rígidas y teatrales, y cuando se vuelve hacia la cámara para contar más verdades, parece superflua.

Como parece indicar la película de 2017, la directora nacida en Roma está muy interesada en el momento en que empezamos a mirar más al pasado que al futuro, sopesando decisiones del pasado y aceptando el hecho de que, con toda probabilidad, algunas cosas nunca cambiarán. Miss Marx es un largometraje sobre la decepción o sobre esa última traición: no la del arruinado y mujeriego Aveling, sino la de sus propias convicciones, ya que ella permanece en una relación que sólo le genera dolor y deudas. Atrapados en apartamentos asfixiantes y oscuros que ni las flores pueden mejorar, parece que todos han renunciado a la vida. Conociendo la familia y el destino de Eleanor, el motivo está muy claro.

Miss Marx es una coproducción entre Italia y Bélgica llevada a cabo por Marta Donzelli y Gregorio Paonessa. Ha sido coproducida por Joseph Rouschop y Valérie Bournonville para Vivo Film, Rai Cinema y Tarantula, en coproducción con VOO y Be TV. 01 Distribution la distribuye en Italia, mientras que Celluloid Dreams gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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