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CANNES 2020

Crítica: Las cosas que decimos, las cosas que hacemos

por 

- CANNES 2020: Emmanuel Mouret consigue una magistral nueva receta para descifrar la complejidad de las elecciones amorosas en una exploración muy sutil, etiquetada Selección Oficial

Crítica: Las cosas que decimos, las cosas que hacemos
Niels Schneider y Camélia Jordana en Las cosas que decimos, las cosas que hacemos

“No hay un camino correcto, hay varios y no podemos recorrer todos al mismo tiempo”. Los juegos del amor y del azar, las idas y vueltas sentimentales con su combinación de deseo, placer, secretos, batallas entre voluntad y tentaciones, exigencia moral y culpabilidad, inhibiciones e impulsos siempre han fascinado a Emmanuel Mouret. Territorios que el cineasta francés siempre ha abordado con un estilo muy personal y sano, al borde de la comedia pero en un tono intelectualmente estimulante, repleto de peripecias pero evitando dramatizar cuando se trata de temas serios. Una partitura que su madurez artística afina cada vez más, desplegando construcciones de guión muy sofisticadas y ofreciendo excelentes papeles a sus intérpretes, como en la interesante Las cosas que decimos, las cosas que hacemos [+lee también:
tráiler
entrevista: Emmanuel Mouret
ficha de la película
]
, que ha conseguido la etiqueta Selección Oficial de la 73ª edición de Cannes y se ha presentado en el Marché du Film Online.

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En este nuevo viaje al complicado país del amor, el director se centra en Daphné (Camélia Jordana) y Maxime (Nils Schneider). La primera vive con François (Vincent Macaigne), el primo del segundo. Los dos protagonistas, que no se conocen, deben pasar uno o dos días de vacaciones juntos mientras se cuentan sus desventuras sentimentales que la película muestra a través de flashbacks. 

El relato de Maxime gira en torno a Sandra (Jeanna Thiam), una chica de la que estuvo muy enamorado, perdió el contacto y ahora ha vuelto a encontrar por casualidad, ya que tiene una aventura con su hermana (Julia Piaton), una mujer casada que está a punto de irse a vivir al extranjero. Maxime, que mantiene su perturbación en secreto, deja el camino libre a Gaspard (Guillaume Gouix), su mejor amigo, para que salga con Sandra, antes de que la nueva pareja le proponga irse a vivir con ellos (“yo sabía que era una mala idea”). Y “pasa lo que tiene que pasar” y otras sorpresas más…

Por su parte, Daphné revisita su encuentro con François, que apareció en su vida cuando ella estaba pasando por un desengaño amoroso. “No era para nada mi tipo de hombre. Todavía me pregunto por qué lo invité a mi casa”. Casi a pesar de ella (“es mejor que no nos volvamos a ver. No quiero ser la amante de un hombre casado”), Daphne se une gradualmente a un François que pronto se ve liberado de su vida conyugal (y de sus mentiras) por su esposa Louise (Émilie Dequenne), que lo deja por otro. Pero en realidad, todo está lejos de ser tan fácil. Y a fuerza de hablar sobre estos temas, Maxime y Daphné entran en la espiral…

La película muestra una especie de vodevil muy divertido centrado en las contradicciones afectivas y reflexiona sobre la (s) definición (es) y las reglas (si es que existen) del amor: ¿superación y entrega? ¿Búsqueda de interés e instinto de propiedad? ¿Mimetismo? ¿Simple cadena de circunstancias? ¿Valores de compromiso o momentos de ligereza? Les choses qu’on dit, les choses qu’on fait se sumerge con arte en estos lazos afectivos a una distancia ideal entre el humor sutil y las emociones universales.

La película, producida por Moby Dick Films, será distribuida en Francia por Pyramide el 16 de septiembre. Elle Driver gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del francés)

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