24/04/2020 - Szabolcs Hajdu presenta el primer gran título húngaro estrenado directamente en VOD, un sutil cruce de relatos urbanos nocturnos que exploran la cara oscura de las relaciones humanas

Mentiras y medias verdades, intentos de control psicológico y vulnerabilidad, usura y conflictos conyugales, desacuerdos en la educación, escalada verbal y abusos, burlas, humillaciones y amenazas, activismo político y miedo, soledad, complicaciones sentimentales y brechas generacionales, comunicación y brujería; todo sobre un fondo de propaganda estatal fascista. En Treasure City [+lee también:
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ficha de la película], una obra que profundiza en la intimidad del ser humano actual, el cineasta húngaro Szabolcs Hajdu organiza en una ciudad y durante una noche un pequeño teatro de sombras en forma de desencuentro sofisticado de personajes. La película juega con los límites de las emociones difíciles de contener, tiene un estilo diversificado y está muy conseguida (en un registro nada ostentoso). Además, es el primer largometraje de un cineasta húngaro reconocido a nivel internacional (White Palms [+lee también:
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ficha de la película] en la Quincena de los Realizadores 2006, Bibliothèque Pascal [+lee también:
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entrevista: Szabolcs Hajdu - director
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ficha de la película] en el Forum de la Berlinale 2010, Mirage [+lee también:
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ficha de la película] en Toronto 2014 e It’s Not the Time of My Life [+lee también:
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ficha de la película], que ganó los premios a Mejor película y Mejor actor en Karlovy Vary 2016) en ser estrenado directamente en VOD. Está disponible desde el 23 de abril en Vimeo en Hungría y Rumanía.  

Treasure City, que empieza con una cita de la novela Gel del austríaco Thomas Bernhard (“como si todo fuese posible: la fealdad se acerca a la belleza, y viceversa, la dureza a la debilidad”), teje su red y prepara el terreno de su experiencia cinematográfica con algunas secuencias iniciales (de seis a ocho minutos cada una) que poco a poco van relacionándose a lo largo de la película (con guión escrito por el director): una mujer intenta comprender por qué una joven no deja de mentir durante una conversación grabada en primer plano en un bar; una discusión banal entre una madre, acompañada de su hijo de diez años, y una florista va subiendo de tono hasta acabar en una disputa violenta; un marido y su esposa discuten en la mesa debido a su hijo punk, que se encuentra en plena crisis de la adolescencia (y amorosa); un pequeño grupo de activistas planea una operación contra un edificio gubernamental, megáfono en mano (“estamos aquí hoy porque el principal partido político del país desmantela nuestras instituciones legales… Mientras proclama que protege al país del terrorismo, 2000 personas se suicidaron el año pasado en este país miserable: usted es el número uno mundial en la materia, señor Primer Ministro, debería pensar en eso”); un pequeño grupo de actores representa una obra en un apartamento y un reconocido director de teatro empieza a criticarlos, antes de introducir “la carne fresca” (la mentirosa del principio de la película). Como vago hilo conductor de este laberinto muy bien interconectado encontramos las calles de la ciudad, un elegante bar casi desierto y un extraño conductor de VTC con el pelo largo y gafas negras…

Treasure City, muy bien interpretada por todo el reparto (Lilla Sárosdi, Magdó Pálfi, Domokos Szabó, Nóra Földeák, Abel Korokvay, Szabolcs Hajdu lui-même, Orsolya Török-Illyés, Lujza Hajdu, Fanni Wrochna, Árpád Schilling, Wihlelm Buchmann y Bence Gelányi), saca partido de la música (firmada por Freakin’ Disco), de la calidad de la fotografía (Csaba Bántó) y de la puesta en escena para mantener su apuesta conceptual de radiografía minuciosa de una sociedad profundamente afectada. Si bien la película, muy rica, no va a lo fácil y ni respira siempre alegría, tampoco cae en la oscuridad absoluta y sabe recuperarse a través de las múltiples capas de fina ironía de los dramas cotidianos. Un arte muy sutil de las medias tintas que se vuelve explícito para hablar del clima actual en Hungría.

Treasure City, producida por Jim Stark, Szabolcs Hajdu y Orsolya Török-Illyés para Látókép-Production y Art-Játék Association, ha sido coproducida por Filmtett (Rumanía), Bord Cadre Films (Suiza) y Sovereign Films (Reino Unido).

(Traducción del francés)