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BERLINALE 2020 Competición

Crítica: Borrar el historial

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- BERLINALE 2020: Los Dos tontos muy tontos se ponen los chalecos amarillos en la rareza cinematográfica de Benoît Delépine y Gustave Kervern

Crítica: Borrar el historial
Corinne Masiero y Blanche Gardin en Borrar el historial

La deliciosa Borrar el historial [+lee también:
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ficha de la película
]
, de Benoît Delépine y Gustave Kervern, presentada en la sección principal de la 70ª edición de la de la Berlinale promete desde la primera escena, donde vemos a una mujer frotándose con cautela contra un árbol. Lo que se muestra en esta película puede no ser bonito pero agradará a todos, a pesar de la crítica ocasional.

Ambientada en un tranquilo suburbio de una provincia francesa, que Malvina Reynolds debía tener en mente mientras cantaba sobre esas “Little Boxes”, sigue a tres amigos sin dinero que enloquecen con cada casilla de “Acepto”, titular de “Kim Kardashian está muerta” y oferta para hacerse una cuenta Premium, mientras sus travesuras virtuales están a punto de ser descubiertas. Podríamos hablar de la extraña cinta sexual que Marie (Blanche Gardin) no quería que su hijo viese; del Uber puntuado con una estrella donde Christine (Corinne Masiero) despliega literalmente una alfombra roja para sus clientes gruñones; o el desagradable caso de ciberacoso del que es víctima la hija adolescente de Bertrand (Denis Podalydès), con cara mustia mientras su padre espera pacientemente para ligar con una trabajadora de un call center situado en Mauricio.

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Cuando deciden contraatacar y recordar su glorioso pasado de “chalecos amarillos”, las cosas empeoran. Tan hilarante, que debe ser la única película divertida sobre un tema tan contemporáneo como los cambiantes requisitos de seguridad de las contraseñas, o el lugar exacto de la mantequilla. Y sólo cuando no puede ser mejor, aparece Michel Houellebecq, que padece un caso serio de deseo de muerte.

Delépine y Kervern abrazan el absurdo y el límite, con una broma aparentemente sacada de los hermanos Farrelly de Algo pasa con Mary. Pero aunque a ellos no les asuste cierto cameo de un fluido corporal, hay una incómoda sensación de reconocimiento en cuanto a lo que padece este trío, con sus montañas de cargadores sin usar y vidas alteradas por la adicción a series como A dos metros bajo tierra, y sin ningún tipo de privacidad, cortesía de “Mark Superberg”. Bueno, casi, ya que un codiciado paquete de jamón cortado rara vez lleva a una noche de sexo casual con una canción regional.

Sin embargo, al verlos luchar, sentimos muchas ganas de dejar ese molesto smartphone de una vez y separar nuestra vida del ordenador antes de que sea demasiado tarde. O, al menos, tan pronto como pronuncien la última frase.

Borrar el historial ha sido producida por Sylvie Pialat, Benoît Quainon y sus propios directores. Es una producción de Les Films du Worso y No Money Productions, en coproducción con France 3 Cinéma, Pictanovo y Scope Pictures, y con la participación de Canal+, Ciné+ y France Télévisions. Ad Vitam la distribuirá en Francia, y Wild Bunch International gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del inglés)

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