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IFFR 2020 Competición Bright Future

Crítica: Sebastian Jumping Fences

por 

- El director alemán Ceylan-Alejandro Ataman-Checa debuta con un drama íntimo sobre el proceso de creación de la identidad de un chico de Hanover criado por su madre soltera

Crítica: Sebastian Jumping Fences

La competición Bright Future de la 49ª edición del Festival de Róterdam acogió el estreno mundial de Sebastian Jumping Fences [+lee también:
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, la conmovedora primera película del director alemán Ceylan-Alejandro Ataman-Checa. Tras licenciarse en Historia y Ciencias Políticas en la Universidad de Hamburgo, Ataman-Checa entró en la Escuela de Cine y Televisión de Berlín (Deutsche Film & Fernsehakademie Berlin) a cargo de la directora Angela Schanelec. Su formación en la prestigiosa academia le llevó a producir Thirty [+lee también:
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de Simona Kostova, también estrenada la competición Bright Future de 2019. Un año después, Ataman-Checa regresa al certamen neerlandés con su prodigiosa ópera prima producida por Simona Kostova y financiada por la Escuela de Cine y Televisión de Berlín.

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Sebastian Jumping Fences es un lúcido drama en tres actos sobre el proceso de creación de la identidad de una persona. El largometraje sigue la evolución psicológica del tímido y autosuficiente Sebastian (interpretado por Finn Freyer y Joseph Peschko), a través de ciertos capítulos traumáticos de su niñez y juventud que influirán en la formación de su personalidad adulta. Sin embargo, dicho estado de maduración nunca llega a mostrarse en la película; pues el film finaliza poco antes de que Sebastian se convierta en un hombre adulto. En este sentido, Sebastian Jumping Fences no es una obra puramente psicoanalítica interesada en detectar los traumas infantiles de un ser humano, revelando la perpetuación y repetición de éstos en su cotidiana adulta. Ataman-Checa no filma el futuro, puesto que el mismo futuro está inscrito en cada uno de los episodios representados.

El exquisito drama humanista de Ataman-Checa congela en el tiempo la simple vida mundana de su joven protagonista, dividiéndola en tres instantes fugaces de su existencia. En dichos actos queda inmortalizado su primer gran amor, su terrible desamor, el momento en que surgen y se destruyen sus sueños profesionales, así como el grado de independencia y autosuficiencia que desarrolla desde pequeño a raíz de la educación que le brinda su madre soltera, interpretada por Ambar de la Horra (Victoria [+lee también:
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).

Por su parte, el director novel opta por generar un portentoso estilo propio, pese a mantenerse en sintonía con la fórmula de la escuela de Berlín. De este modo, la trama de Sebastian Jumping Fences se despliega en medio de un realismo gélido y elegante, parecido al de Schanelec o Christian Petzold, mientras la narración fluye con un ritmo muy pausado, que queda contrarrestado mediante golpes de efecto tan duros como desprevenidos.

Sebastian Jumping Fences ha sido producida por la cineasta alemana Simona Kostova y la Deutsche Film & Fernsehakademie Berlin, también a cargo de las ventas al extranjero.

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