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IFFR 2020 Voices Limelight

Crítica: Farewell Paradise

por 

- El primer largometraje de Sonja Wyss es un documental autobiográfico que explora la ambigüedad y las emociones de una familia suiza

Crítica: Farewell Paradise

Una de las muchas películas presentadas en la sección Limelight del Festival Internacional de Cine de Róterdam este año ha sido Farewell Paradise [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, de Sonja Wyss. La cinta adopta la forma de un documental íntimo que busca reconstruir la vida de una familia que se ha desmoronado. El punto de partida es una vieja foto familiar de la directora, tomada por su padre cuando ella era pequeña, antes de abandonar las Bahamas junto a su madre y sus tres hermanas. La razón de su partida fue el fracaso del matrimonio de sus padres, que sumió a los diversos miembros de la familia en un abismo de incertidumbre.

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Gracias a la escasa puesta en escena (la película no incluye narración ni música, excepto al final), donde vemos a los protagonistas hablando a cámara, intercalando sus declaraciones con fotos de archivo, Sonja Wyss logra mantener el nivel de sensibilidad necesario para contar una historia privada de dolor y crecimiento personal. Se trata de una historia que explora las variables humanas, económicas y sociales a las que están expuestas las familias compuestas únicamente por mujeres.

Cada una de las hijas describe los ambientes, sensaciones y miedos que sentían en un momento tan crucial y simbólico en sus vidas como el día en que se despiden del paraíso de Bahamas para marcharse a vivir a Suiza, lo que también implicaba despedirse de su sueño de una familia unida. El ritmo de la película se ve reforzado por breves tomas de paisajes invernales. Al igual que los personajes femeninos, la cinta presenta una calma inusual y armoniosa, que se mantiene durante todo el documental: en cada conversación hay espacio para la vida, para reflexionar sobre lo que ha sido y lo que está por venir. De hecho, en el tramo final de la cinta, descubrimos también a los esposos y nietos de la familia, diseccionando el presente y reconstruyendo retratos familiares imperfectos.

A pesar de que la película pretende ser terapéutica e implica un final feliz, estamos ante un trabajo importante debido al valiente enfoque adoptado por la directora al tratar un material tan personal. Un enfoque que evita las muestras de sentimentalismo y los enfrentamientos vergonzosos para centrarse en el dolor con toda su dignidad.

A pesar de que la directora se preocupa por no mancillar la intimidad familiar con autorreferencias, esta historia privada rara vez se convierte en una historia social. Apenas se mencionan personajes fuera de la familia o del aislamiento que han sufrido en su propio apartamento esta madre soltera y sus hijas. Mientras tanto, el hecho de que el padre aparezca en la película como el principal culpable es en realidad algo engañoso, ya que la protagonista creció con él. Dicho esto, las discusiones adoptan la forma de reflexiones en lugar de acusaciones. De este modo, la película de Wyss no es una crítica directa al patriarcado, aunque a veces toma esta forma. A través de su estilo minimalista, que refuerza un enfoque paciente y certero, Farewell Paradise logra explorar con éxito las obsesiones y la culpabilidad, así como los lazos humanos y familiares, culminando en un final que es al mismo tiempo nostálgico y liberador.

Farewell Paradise es una producción de Simone van den Broek para Basalt Film, que también se encarga de las ventas internacionales.

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(Traducción del italiano)

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