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MÁRGENES 2019

Crítica: Glittering Misfits

por 

- Iban del Campo orquesta un documental sobre algunos artistas del burlesque neoyorquino, abanderados de la libertad y la militancia artística que no descuidan la denuncia política

Crítica: Glittering Misfits

Estrenado en la última edición del Festival de San Sebastián, en la sección Zinemira, y disfrutado, entre otros certámenes, en Abycine 2019, Glittering Misfits [+lee también:
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es un documental de Iban del Campo (Mondragón, Gipuzkoa, 1971) que forma parte del apartado Escáner del 9º Márgenes. Se trata del primer largometraje de un cineasta entre cuyos cortos previos se encuentra el titulado Dirty Martini, fechado en 2009 y centrado en la famosa estrella norteamericana del burlesque del mismo nombre.

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Ella forma, junto a Tigger! –bibliotecario de día, stripper de noche: conocido showman del espectáculo erótico festivo del off-off de Nueva York–, los pilares de Glittering Misfits, film que descubre no sólo algunos de sus performances más logradas, sino también su intimidad, sus vocaciones, sus anhelos y, sobre todo, sus aspiraciones artísticas. Porque si algo deja claro este documental es que tanto ellos como sus compañeros de camerino y escenario son personas de una creatividad, un atrevimiento y un discurso inagotable, original y combativo.

Es precisamente esa militancia reivindicativa y crítica con la sociedad norteamericana uno de los descubrimientos más gozosos de una película donde oímos a su director charlando con los retratados, en momentos de gran franqueza y verdad. Pues como sucedía en I Hate New York [+lee también:
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, de Gustavo Sánchez, sobre cuatro transexuales de la Gran Manzana, aquí también la complicidad absoluta entre cineasta y retratados alcanza grandes momentos que afianzan la cercanía, asimismo del espectador, a un mundo y unas personas fascinantes, luchadoras y admirables.

Del Campo, que acompaña a sus protagonistas a lugares tan míticos como Coney Island, ha evitado el busto parlante del documental de corte periodístico y sigue con su cámara a los artistas en sus traslados en taxi, en los momentos de maquillaje antes de la actuación o en sus apartamentos, sin ornamentos ni lentejuelas, mientras, por ejemplo, lavan los platos: ahí ellos desvelan sus confesiones.

La humanización de estas estrellas derrocha respeto, afecto, luminosidad y hasta devoción, sin morbos ni sordideces: “Somos gente con magia”, proclama con orgullo Dirty Martini. Y no le falta razón: todos ellos batallan desde el escenario del cabaret contra los tabús sociales, los dirigentes retrógrados (el burlesque nació en Nueva York contra las censuras del alcalde Giuliani, que en los años noventa clausuró numerosos clubs en la ciudad) y las represiones sexuales desde el contenido ideológico de sus alegres celebraciones públicas de la carne, el gozo y el humor. Pues como también asegura Tigger!, cuando muestra a la cámara que escribieron mal su nombre en un libro, donde le borraron el signo de admiración que lo acompaña: “Si lo pronuncias sin entusiasmo, no está bien dicho”.

Glittering Misfits, con guion, dirección, fotografía y edición (junto a Domi Parra y Macías Cantón) de Iban del Campo, es una producción de su compañía Limbus Filmak.

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