05/11/2019 - El eco-thriller de ciencia ficción de la directora dublinesa Neasa Hardiman cuenta con un reparto sólido y una dirección excelente, pero carece de tensión dramática

En la mitología celta e irlandesa, Niamh Chinn Óir (o Niamh "del cabello dorado") era la hija de Manannan mac Lir, dios del mar y del clima, estrechamente vinculado con el Otro Mundo. De forma bastante profética, es también el nombre escogido por la directora Neasa Hardiman para bautizar al buque de arrastre en el que se embarca Siobhán, la protagonista de Sea Fever [+lee también:
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ficha de la película]. Tras su paso por el Festival de Toronto, la película ha tenido su estreno europeo en la Sección Oficial del Trieste Science+Fiction Festival. La guionista y cineasta nacida en Dublín, ganadora de dos BAFTA y otros múltiples premios por las series de televisión Happy Valley y Tracy Beaker Returns, dirige un thriller de ciencia ficción caracterizado por su tono emotivo y su previsible mensaje ecologista.

Entre los miembros del reparto destaca la estrella danesa Connie Nielsen (la inolvidable Lucilla de Gladiator e Hippolyta en la reciente Wonder Woman) en el papel de Freya, la propietaria del buque. La acompaña su marido Gerard (el actor escocés Dougray Scott, al que hemos visto recientemente en V3nganza [+lee también:
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ficha de la película]), que dirige el barco hacia la costa oeste de Irlanda con la esperanza de atrapar una cantidad de peces suficiente como para cubrir sus deudas. La tripulación está formada por un joven navegante (Jack Hickey, Juego de Tronos), su tía (Olwen Fouéré, Un lugar donde quedarse [+lee también:
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entrevista: Paolo Sorrentino
ficha de la película]), un ingeniero sirio (Ardalan Esmaili, Domino [+lee también:
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ficha de la película]) y un marinero (Elie Bouakaze). Siobhán, interpretada por la actriz británica Hermione Corfield (Rust Creek) con un impecable acento irlandés, es una estudiante de biología marina, brillante pero bastante tímida, cuyo profesor le ha encargado que pase una semana en el barco de pesca para analizar sus capturas. La joven tiene el pelo rojo, lo que despierta las críticas de la supersticiosa tripulación. Pero cuando una criatura bioluminiscente con enormes tentáculos bloquea el paso del barco, en medio del Océano Atlántico, ella es la encargada de saltar y explorar bajo el agua (como todos saben, "los pescadores no nadan"). La criatura resulta ser hermosa, pero muy peligrosa, dado que libera organismos minúsculos con los que infecta a sus presas (en este caso seres humanos) antes de matarlos.

Sea Fever presenta bastantes similitudes con Alien (cambiando el espacio por el océano), sobre todo en lo que se refiere a su heroica protagonista femenina, las referencias a la maternidad, el enemigo “alienígena”, los pequeños monstruos que crecen dentro de otros organismos, la amenaza de una invasión en tierra firme, e incluso la pequeña cápsula de escape que aparece al final (en este caso una balsa salvavidas). El reparto realiza un trabajo excelente, aunque no lograr generar empatía con el público, y la dirección claustrofóbica de Hardiman mantiene la película a flote durante los 90 minutos de duración, ofreciendo al espectador imágenes cautivadoras (la dirección de fotografía corre a cargo de Ruairí O'Brien). Sin embargo, la tensión dramática no es tan efectiva como debería, y los giros de guion resultan demasiado predecibles. En última instancia, el guion es más efectivo a la hora de enfatizar la importancia del razonamiento científico que de asustar al público.

Sea Fever es una coproducción entre Irlanda, Suecia, Bélgica y Reino Unido, a cargo de las productoras Fantastic Films, Bright Pictures, Frakas Productions y Makar Productions. La estadounidense Epic Pictures Group se ocupa de las ventas internacionales.

(Traducción del italiano)