04/11/2019 - El director italiano Marco Ferrari ha reunido las historias de siete delatores en un solo relato

Los términos "delator" o "confidente" se han convertido en palabras de uso cotidiano en todo el mundo, gracias a la aparición de importantes figuras políticas como Julian Assange, Edward Snowden o Chelsea Manning, cada uno de los cuales ha sido protagonista de al menos dos documentales. Sin embargo, siempre ha habido personas honestas que se han atrevido a denunciar estos intentos de soborno y abusos de poder. De hecho, tan solo en Italia, donde la corrupción es prácticamente una tradición, se han registrado en los últimos años 723 casos de personas que han denunciado estas actividades. De esto trata Never Whistle Alone, el segundo largometraje documental del escritor y cineasta italiano Marco Ferrari, que ha tenido su estreno mundial en la competición Next Masters del DOK Leipzig.

Ferrari ha reunido a siete delatores (funcionarios del servicio público, interventores, un contable, un profesor e incluso un arqueólogo) y ha combinado sus historias en un solo relato. Con esta decisión el director busca establecer claramente que la corrupción es sistémica. No se trata de un error ocasional,  sino de una característica intrínseca de la propia administración italiana.

La película se divide en cinco capítulos, alternando entrevistas a los siete protagonistas con dramatizaciones de lo que están contando. Sentados detrás de escritorios de oficina, describen sus experiencias en segunda persona: "Llegas temprano y esperas... Finalmente, llega el director y os dais la mano..." A continuación, vemos a tres personas reunidas en un parque, filmadas al estilo de una cámara oculta.

Acto seguido, otro de los protagonistas retoma la historia donde la dejó la anterior. Curiosamente, a pesar de trabajar en campos diferentes, sus palabras parecen encajar de forma natural. Esta impresión se ve reforzada por una dramatización unificada, en la que el delator siempre está interpretado por la misma persona. Sin embargo, algunos de los funcionarios corruptos son interpretados por diferentes actores, teniendo en cuenta la naturaleza del trabajo y sus respectivas edades.

Si bien los mecanismos de la corrupción ya no resultan sorprendentes para cualquier persona ligeramente interesada en el tema, Never Whistle Alone desglosa todas estas dinámicas en una línea temporal a la que no están acostumbrados la mayoría de espectadores. Sin embargo, la conexión entre algunos capítulos puede ser un poco confusa, como cuando describen lo que sucede después de que el confidente denuncie a los funcionarios corruptos a la policía. Debe reunirse con ellos llevando un micrófono oculto, pero cuando vuelve a su trabajo estos han sido trasladados a otra oficina.

Esto se debe probablemente a la decisión de combinar todas las historias en una sola, lo que sin duda amplifica la urgencia de su mensaje, a pesar de que existan discrepancias entre los distintos casos. Además, la decisión de sincronizar los labios de los actores en las partes dramatizadas para que coincidan con las palabras de los delatores genera una cierta disonancia, especialmente cuando hablan en términos generales y observamos a los actores en situaciones muy específicas.

En cualquier caso, estamos ante un documental de investigación intenso y atractivo, que detalla un tema importante con el objetivo de generar una tensión palpable. Este enfoque se ve reforzado por el diseño de sonido y la música, a cargo de Francesco Leali y Alessandro Branca, del trío milanés OPUS 3000.

Never Whistle Alone es una coproducción entre las italianas Candy Glass y Basement y la holandesa VPRO. Deckert Distribution se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)