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PELÍCULAS / CRÍTICAS Suecia

Crítica: Push

por 

- En su último documental de investigación, el sueco Fredrik Gertten explora la crisis de la vivienda de alquiler social en ciudades de todo el mundo

Crítica: Push

En su último documental, Push [+lee también:
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, el cineasta sueco Fredrik Gertten (Bananas! [+lee también:
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) explora la crisis del mercado inmobiliario que está obligando a personas de todo el mundo a abandonar las casas y vecindarios donde han vivido durante décadas. La película arroja luz sobre el proceso y las dinámicas que están cambiando las reglas de vida en las ciudades, así como las razones que han llevado al incremento del precio de la vivienda a escala global.

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Nuestra guía en este viaje es Leilani Farha, relatora especial de la ONU sobre el derecho a la vivienda. La película comienza en su tierra natal, Canadá, concretamente en Toronto, donde en los últimos 30 años los precios de la vivienda han aumentado un 425%, mientras que los ingresos de las familias solo han incrementado un 133%. Algunos miembros de la comunidad discuten alegremente sus problemas en un bar, sin obviar la gravedad de la situación. Una familia está sufriendo un "desalojo silencioso": el nuevo propietario de su apartamento les exige un alquiler más alto, a pesar de no responder a sus quejas sobre las plagas de ratas y cucarachas que están sufriendo.

En Notting Hill, el famoso barrio de Londres, un residente explica cómo los inversores anónimos están comprando enormes propiedades en las que no vive nadie, provocando una inflación tan alta que las personas que han vivido allí durante generaciones ya no pueden pagar el alquiler. Por otra parte, el desastre de la Torre Grenfell también juega un papel importante en la situación del mercado londinense.

La socióloga Saskia Sassen explica que, para los compradores, este negocio no tiene nada que ver con la vivienda. Los edificios funcionan simplemente como mercancía. Sin embargo, tal y como apunta Farha, la vivienda digna y asequible es un derecho humano recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Desgraciadamente, la ley aún no se ha puesto al día con la industria financiera y su intromisión en el negocio inmobiliario.

Según el ganador del Premio Nobel Joseph Stiglitz, la situación actual se remonta a la crisis financiera de 2008. Algunas firmas de capital privado como Blackstone, el mayor propietario de viviendas sociales del mundo (presentado como el principal villano de la película), recibieron dinero por las ejecuciones hipotecarias y posteriormente adquirieron los inmuebles con el consentimiento de los distintos gobiernos, que se aliaron con las entidades bancarias en lugar de con los propietarios.

En la ciudad de Nueva York, Blackstone adquirió el proyecto Harlem, donde un residente confiesa que ya no puede pagar el alquiler, que ahora consume el 90% de sus ingresos. La compañía ha conseguido penetrar incluso en el estado de bienestar de Suecia, convirtiéndose en el mayor propietario privado de viviendas de alquiler social del país desde 2014, aumentando los precios en un 50%.

El tema que trata la película es esencial para la sociedad moderna, pero también es muy complejo, por lo que Gertten decide enfocarlo desde un punto de vista humano y con algo de humor. En lugar de centrarse solo en los aspectos legales y económicos, el director nos muestra cómo la crisis influye en la vida de las personas afectadas, en ciudades como en Valparaíso (Chile), Berlín, Barcelona o Seúl, además de las ya mencionadas.

Push es un documental revelador, emocionante y muy humano. Tal vez no sea una obra estrictamente activista, pero es sin duda un relato estimulante que puede ser entendido como una llamada a la acción. La cinta es una producción de la sueca WG Film, mientras que la austríaca Autlook Filmsales se encarga de las ventas internacionales. La iniciativa Moving Docs distribuirá la película este invierno en festivales, además de estrenarla en salas de cine de Eslovenia, Escocia, Grecia, España, Serbia y Austria.

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(Traducción del inglés)

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