01/10/2019 - El joven director suizo Anthony Jerjen presenta su primer largometraje, una intensa historia familiar con implicaciones trágicas

El primer largometraje de Anthony Jerjen, Inherit the Viper [+lee también:
tráiler
entrevista: Anthony Jerjen
ficha de la película], con guión de Andrew Crabtree y producido por Michel Merkt en colaboración con Benito y Wolfgang Mueller (productor ejecutivo) de Barry Films, supone un debut muy prometedor.

Inherit the Viper, que se ha estrenado en el Festival de Cine de Zúrich y reúne a un reparto muy interesante (que incluye a Josh Hartnett, Margarita Levieva, Bruce Dern y Owen Teague), pretende “llegar al público como un gran thriller, pero también contar una historia de advertencia, un camino a evitar”, como dice Benito Mueller. La película trata el tema del consumo desmesurado de calmantes y de analgésicos opioides, en especial en Estados Unidos, un fenómeno que parece imparable, una plaga moderna ignorada muy a menudo.

En una zona rural del oeste de Virginia, la familia Riley, compuesta por una hermana y sus dos hermanos, intenta sobrevivir con el dinero obtenido de la venta ilegal de analgésicos. Josie, la hermana, maneja el negocio con mano dura, mientras su hermano Kip, un antiguo soldado interpretado por Harnett con sorprendente realismo, se hace cargo de las peligrosas consecuencias de sus actividades ilegales. Además, la familia se siente cada vez más aislada de la comunidad local, absorbida por un universo paralelo donde sólo sobreviven los más fuertes. A Kip le gustaría dejarlo pero su hermano menor (Teague, que ofrece una interpretación conmovedora) está haciendo todo lo posible para unirse al negocio familiar. Como cualquier thriller respetable, Inherit the Viper mantiene en vilo a los espectadores, dejándonos a merced de un mundo sin escrúpulos dominado por la violencia y el rechazo. 

El primer largometraje del joven director nacido en Ginebra, grabado en el corazón de Estados Unidos entre las comunidades de blancos pobres, presenta un microcosmos familiar donde la lucha por la supervivencia se convierte en un asunto cotidiano. Los Riley se encuentran atrapados en una espiral de violencia que no pueden controlar, víctimas de un universo ingrato que no deja espacio a la humanidad, ni mucho menos solidaridad.

¿Cómo consiguió un joven director suizo grabar un mundo que, en muchos aspectos, parece lejano al suyo? Aunque Inherit the Viper no puede (ni tampoco intenta) compararse con una película de Roberto Minervini, el rey de los documentales sobre las zonas más remotas e inhóspitas de Estados Unidos, la película hace su propia versión, gracias a una estética realista que no cae en la caricatura y promete sorpresas interesantes en el futuro.

Casi todas las secuencias de la película se han grabado durante la noche (un gran trabajo del cinematógrafo Nicholas Wiesnet), dándole una capa extra de poesía, pese a la violencia presente en varias escenas. La decisión de mostrar a los personajes en la oscuridad o a contraluz, como si la oscuridad empezara a tragarlos poco a poco, es inteligente y permite a los espectadores percibir el peligro a un nivel visceral.

Anthony Jerjen evita con éxito la trampa del moralismo mostrando a personajes que están constantemente enredados en lo que podemos llamar la “zona gris”. El bueno y el malo se encuentran y chocan, se fusionan y se separan, como si nos recordasen que, a veces, para sobrevivir, es necesario aceptar el lado más oscuro de nosotros mismos. Inherit the Viper trata con valentía un tema importante pero incómodo que merece ser tratado sin rodeos. El resultado es crudo y directo. Es un trozo de vida grabado donde la esperanza ha sido reemplazada por la desesperación.

Inherit the Viper ha sido producida por Barry Films. Wild Bunch International Sales gestiona las ventas internacionales.

(Traducción del italiano)