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SAN SEBASTIÁN 2019 Competición

Crítica: La trinchera infinita

por 

- Aitor Arregi, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga reconstruyen el horror que sufrieron en España los hombres que se ocultaron durante años por miedo al castigo franquista

Crítica: La trinchera infinita
Antonio de la Torre y Belén Cuesta en La trinchera infinita

La sinrazón de la guerra civil y sus consecuencias –con la dictadura fascista que asoló España durante cuarenta años– vuelven al cine español con fuerza esta temporada. En esta corriente, dos películas compiten por la Concha de Oro desde la Sección Oficial de la edición número 67 del Festival de San Sebastián. Una se sitúa justo al comienzo de la hecatombe, Mientras dure la guerra [+lee también:
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entrevista: Alejandro Amenábar
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, de Alejandro Amenábar; la otra se desliza por las décadas que siguieron a aquel estallido de violencia que se quedó enraizada en la gente y en el aire que respiraban, La trinchera infinita [+lee también:
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entrevista: Aitor Arregi, Jon Garaño y…
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, que han dirigido Aitor Arregi, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga, responsables, en diferentes funciones (desde el guión, la puesta en escena o la producción) de títulos como Loreak (Flores) [+lee también:
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o Handia [+lee también:
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entrevista: Aitor Arregi y Jon Garaño
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, film ganador del Premio Especial del Jurado, hace dos años, en este mismo certamen.

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La meticulosa reconstrucción histórica de esta última vuelve a estar de nuevo aquí al servicio de la historia, aunque, por exigencias argumentales, son los interiores (a veces un tanto preciosistas, teniendo en cuenta las penurias de un tiempo impregnado de miseria económica y moral) los que predominan en una película que refleja la claustrofobia física y mental. También la sensibilidad demostrada por estos cineastas en sus anteriores trabajos vuelve a expandirse en este nuevo título, pues la emoción, muchas veces contenida, inocula un relato donde la cámara sigue muy de cerca al protagonista en sus huídas, su encierro y su anhelo de libertad.

Ese personaje central está encarnado por Antonio de la Torre, quien sufre de nuevo carestía de rayos de sol tras La noche de 12 años [+lee también:
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entrevista: Álvaro Brechner
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, el film de Álvaro Brechner donde encarnaba a José Múgica durante sus años de presidio. Si allí tuvo que adelgazar para afianzar su credibilidad, ahora ha tenido que someterse a laboriosos procesos de maquillaje para reflejar en su físico el implacable paso del tiempo. Le acompaña en el casting una Belén Cuesta que, efectivamente, sorprende en un papel donde sólo una divertida mención de su rol a lo afeminado que era Franco resulta ser su única concesión al humor: la actriz es sobre todo conocida por sus intervenciones en comedias, como Kiki, el amor se hace [+lee también:
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entrevista: Paco León
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, de Paco León.

Con un tratamiento acertado del sonido (el cautivo, la mayoría de las veces, sólo obtiene información del exterior a través de lo que escucha desde su escondrijo), la definición de varias palabras sobreimpresas sobre la pantalla negra que van puntuando la narración y un tono que, por momentos, hermana con una película de terror (la mano del coguionista Luiso Berdejo, argumentista de films de suspense como Insensibles [+lee también:
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ha dejado evidente impronta aquí) transforman este film en un arma poderosa –y un aviso de que tal vez aquella pesadilla se puede repetir pronto– contra la delación, el odio entre hermanos, la falta de libertad (como demuestra la película, los “topos” no fueron los únicos “fantasmas” durante las oscuras décadas franquistas) y la barbarie incontrolada. Sólo sus 147 minutos de duración juegan en su contra y convierten a esta película –echando mano de un chiste fácil– en infinita.

La trinchera infinita es una coproducción entre las compañías españolas Irusoin, Moriarti Produkzioak, La Claqueta PC y La Trinchera Film AIE junto a la francesa Manny Films. Cuenta con el apoyo del ICAA y la colaboración de TVE, Netflix, Canal Sur y ETB. Sus ventas internacionales están a cargo de la agencia de Barcelona Film Factory Entertainment y de su distribución en España se ocupa Eone.

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