30/08/2019 - VENECIA 2019: El chileno Sebastián Muñoz debuta con un drama carcelario erótico sobre el despertar homosexual de un preso en un entorno de extrema violencia

La 76ª edición del Festival de Venecia acogió el estreno mundial de la ópera prima del cineasta chileno Sebastián Muñoz Costa del Río. El Príncipe [+lee también:
tráiler
ficha de la película] es uno de los siete largometrajes que compiten en la Semana Internacional de la Crítica de la Mostra, y que, próximamente, viajará a España para disputar por el premio Horizontes Latinos del 67° Festival de San Sebastián.

El debut como realizador de este reputado director de arte, que ha trabajado en más de una decena de producciones chilenas, es una adaptación de la novela homónima de género carcelario escrita por Mario Cruz. Tanto la trama del libro, como la acción de la película, tienen lugar en la ciudad chilena de San Bernardo durante el inicio de la década de los setenta, concretamente poco antes de las elecciones presidenciales que llevarían a Salvador Allende al poder.

Un plano detalle del cuello degollado de un veinteañero, envuelto en un charco de sangre fresca, inicia la película. Otro joven, que pronto identificaremos como protagonista de El Príncipe, observa, derrumbado, el crimen pasional que acaba de cometer en un lugar público, a los ojos de sus amigos y desconocidos. A continuación, la trama se traslada en el penitenciario donde ha sido sentenciado en fuera de campo. A partir de ese momento, el film transcurre íntegramente en esa prisión, a excepción de algunos flashbacks sobre el momento del asesinato, así como la relación previa entre la víctima y el verdugo, que serán puestos en escena a través de recuerdos evocados por el protagonista.

El Príncipe versa sobre el despertar homosexual de un joven llamado Jaime (interpretado por Juan Carlos Maldonado). Un descubrimiento que tristemente no hubiera podido llevarse a cabo fuera de la cárcel, dado que cualquier señal de deseo entre dos hombres sería reprimida por la sociedad conservadora de la época. En este drama con un alto contenido de secuencias eróticas, Jaime ingresa en su celda creyendo que su homosexualidad es su gran estigma. Sin embargo, ahí realiza un ejercicio de introspección que le permite quererse a sí mismo –su apodo ‘El Príncipe’ se le atribuirá por su belleza y su nueva capacidad de liderazgo–, y a no reprimir su atracción sexual hacia los otros presos, especialmente hacia su compañero de celda El Potro (encarnado por el veterano y siempre sobresaliente Alfredo Castro) con quien mantendrá una intensa relación.

Aunque el encarcelamiento del protagonista sea favorable para el florecimiento de su homosexualidad, el cineasta nunca deja de advertir al espectador del entorno de extrema violencia en que se encuentra el veinteañero. Pues, El Príncipe es una historia de supervivencia de un joven condenado a permanecer en un infierno carcelario. La película rescata y homenajea la valentía del escritor chileno Mario Cruz, quien describió al antihéroe gay de su novela como una víctima del conservadurismo social de aquellos tiempos al haber asesinado a la persona por la que sentía una atracción sexual “no permitida”.

El Príncipe ha sido producido por las chilenas El Otro Film y Niña Niño Films, la argentina Le Tiro y la belga por Be Revolution Pictures. La compañía alemana Patra Spanou Film se encarga de las ventas al extranjero.