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SARAJEVO 2019 Competición de Documentales

Crítica: When the Persimmons Grew

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- La coproducción entre Australia y Azerbaiyán, que recibió el Corazón de Sarajevo al Mejor documental, es una obra reflexiva y poética, a la vez que un retrato íntimo de la madre del cineasta

Crítica: When the Persimmons Grew

A los pocos meses de llevarse dos premios en el Visions du Réel de Nyon, When the Persimmons Grew [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, recibe ahora el Corazón de Sarajevo al Mejor documental en el Festival de Sarajevo. El director azerbaiyano Hilal Baydarov, conocido por otras películas documentales como One Day in Selimpasha y Birthday, vuelve a la palestra con un documental que es meditativo y poético, e íntimo y emotivo a parte iguales. No todo resulta evidente desde el primer momento: la primera mitad de la película está compuesta en su mayoría por planos lentos y estáticos de Maryam Naghiyeva, la madre del cineasta, y de su vida tranquila en el Azerbaiyán rural. Contempla fotografías antiguas, en blanco y negro, pasea durante el atardecer y posa la mirada en un arroyo, en el que observa musgo de distintas formas y colores. When the Persimmons Grew es una película que relaja al espectador hasta sumirlo en un estado casi meditativo y que parece susurrarle: “Observa. Fíjate en cómo se vierte la luz en el escenario, en cómo serpentea el humo, en cómo las plantas ondulan en la corriente, en la basta belleza del suelo de madera del interior de la casa, en cada tictac del reloj de pared”.

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 “El hogar es un lugar donde puedes sentir el paso del tiempo”, afirma Baydarov en una de las conversaciones filosóficas que mantiene con su madre al volver a casa. La representación de su hogar, del hogar de su madre, que crea una sensación mayor de intimidad a cada minuto que pasa, despierta los mismos sentimientos encontrados que siente Baydarov con cada uno de sus viajes.

La familia se reúne en la estación en la que crecen los caquis y, mientras los recogen, pelan y ponen a secar en el exterior, la casa parece llena de vida. Baydarov da largos paseos con su madre, con quien en ocasiones reflexiona divagaciones vacuas sobre si los animales valen más que las personas, la idea preconcebida de la maldad y la bondad de una persona, o el paso de las estaciones en su hogar y lejos de él. Su madre le interrumpe, y él se muestra irritado por ella y por aquel lugar, una y otra vez, hasta que llega el momento de irse de nuevo y su melancolía aflora de nuevo en escenas amables y bien llevadas. Escenas en las que su madre le abraza o interactúa con él de forma más divertida.

When the Persimmons Grew es una representación plenamente veraz de los sentimientos encontrados que muchos tenemos de nuestro hogar y nuestra familia. Un fenómeno universal, sin importar de dónde seas; pero que es, al mismo tiempo, tan sumamente personal y tan hermosa y dolorosamente revelador.

También es una película hermosa, en más de un sentido. El uso del pasado en el título no es casual: en esta área rural de Azerbaiyán, en esta casa, sus habitantes solo usan el presente una vez al año. El resto del tiempo lo emplean en recordar el pasado, en perderse en sus propios pensamientos mientras observan viejas fotografías y rememoran con melancolía un tiempo que ya no volverá. O en escuchar el constante movimiento del segundero del reloj de pared, a la espera de que vuelva de nuevo la estación en la que crecen los caquis. Una estación que, al final, también se unirá de forma inevitable al pasado.

When the Persimmons Grew es una coproducción entre Austria y Azerbaiyán, de Subobscura Films y Ucqar Film.

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(Traducción del inglés por Raúl Alcantarilla)

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