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BERLINALE 2019 Panorama

Crítica: All My Loving

por 

- BERLÍN 2019: Edward Berger regresa a la Berlinale con un drama sutil sobre adultos que se sienten abatidos en sus vidas aparentemente sin problemas

Crítica: All My Loving
Lars Eidinger en All My Loving

Edward Berger compitió por el Oso de Oro en 2014 con su oscura obra sobre el paso a la adultez, Jack [+lee también:
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. Ahora llega a la sección Panorama de la 69ª edición de la Berlinale con una nueva película, All My Loving [+lee también:
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, pero esta vez el objetivo de su cámara son tres hermanos de clase media: Stefan, Julia y Tobias, que, a sus treinta y tantos y cuarenta y pocos años, tratan de mantenerse a flote en las turbulentas aguas de la edad adulta. Cada uno se enfrenta a un desafío distinto, y la película dedica una buena parte a cada uno de ellos, alestar compuesta de un prólogo, tres episodios y un epílogo.

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Stefan es piloto, y su personalidad de Peter Pan le lleva a centrarse únicamente en sus necesidades y deseos, sin preocuparse demasiado por su futuro ni por ningún otro aspecto. De hecho, cuando le diagnostican una enfermedad que le obliga literalmente a poner los pies en la tierra, las malas noticias no parecen afectarlo demasiado, ni tampoco a su problemática hija adolescente, que intenta encontrar su lugar en el mundo, y por la que Stefan anda muy preocupado. Julia y su marido se van de escapada romántica a Italia, pero, por alguna razón, hay mucha tensión entre ellos. Todos esos sentimientos reprimidos acaban saliendo a la superficie cuando Julia rescata a un perro callejero. Tobias, el menor de los tres, siempre está en casa cuidando de sus tres escandalosos hijos mientras intenta acabar su doctorado, y no parece importarle demasiado el hecho de que sea su mujer quien traiga la comida a casa. Además, también tiene que hacerse cargo de su padre enfermo.

Como se suele decir, el dinero no compra la felicidad, y cuando una persona se encuentra en su zona de confort suele dejar aparcado cualquier riesgo, cambio o desafío. Estos dos clichés les van como un guante a los tres protagonistas de la película de Berger, que cambian la felicidad y su propio crecimiento personal por la seguridad, la monotonía y el control sobre su vida diaria, cada uno por sus propios motivos. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por huir de los numerosos problemas de sus vidas, estos acabarán persiguiéndolos inevitablemente.

Lo que más llama la atención de All My Loving es su tono y la compasión hacia sus personajes. Berger no juzga ni siente desprecio por estas “pobres criaturas”, sino que su estilo de narración es sutil y elegante, al igual que su forma de tratar con los actores. Todos ellos minimizan la expresión de sus emociones para que el público pueda ver el interior de sus personajes, pero sin revelar demasiado sobre ellos. Así, lo que podría haber sido otra historia pretenciosa sobre la apatía de la clase media es, en realidad, un conmovedor, interesante y cercano encuentro con personas que nos gustaría que fueran mejores versiones de ellas mismas.

La película está producida por la alemana Port au Prince Film & Kulturproduktion y coproducida por Pandora Film y WDR. Jan Krüger, Jörg Trentmann y Raimond Goebel son los productores, mientras que Berger figura en los créditos como coproductor. Beta Cinema representa la película a nivel internacional.

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(Traducción del inglés por Inés Seller)

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