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GÖTEBORG 2019

Crítica: The Unpromised Land

por 

- El director Victor Lindgren le dice adiós al "sueño sueco" en su nueva película, presentada a nivel mundial en Göteborg

Crítica: The Unpromised Land
Andreea Petre y Elin Marklund en The Unpromised Land

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ficha de la película
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, de Victor Lindgren, no es Los niños de Bullerbyn, aunque se desarrolle durante las vacaciones de verano y se centre en la inesperada amistad entre una chica local, Elin (Elin Marklund) y Sabina (Andreea Petre), que acaba de llegar de Rumanía e intenta encontrar su lugar. La película, que acaba de estrenarse en la sección Nordic Light del Festival de Cine de Göteborg es preciosa, y se nota que ha sido grabada por alguien que sabe lo que es el verano escandinavo. Aunque esté bañado por una preciosa luz del norte, el relato resulta incómodo, ya que el pueblo será perfecto siempre que uno se adapte a sus normas.

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Pese a que Sabina no sigue las normas, lo único que molesta a la gente es su mera existencia. Ella es diferente, ruidosa y su pelo negro destaca en un mar de rubio rojizo como una mancha que debe ser eliminada. Acaba de mudarse desde Rumanía a Holmsund, en las fueras de Umeå, que es exactamente como suena; y para hacerlo más interesante, también es la ciudad natal del director. Sabina vaga sin rumbo, gritándole al mundo para llamar la atención, inquieta y aburrida mientras sus hermanos mayores intentan llegar a fin de mes trabajando en un taller mecánico. Ella también quiere trabajar pero nadie la contrata y la única persona que le presta atención es Elin, una chica de su edad con sus propios problemas personales. Y aunque sea difícil de explicar, ella se siente intrigada.

The Unpromised Land funciona (aunque la cámara de mano se centre demasiado en una dirección en concreto) porque todos sus personajes sufren, como ocurría en el aclamado corto de Lindgren Undress me. Sabina puede ser fuerte por haber crecido en una familia que pasaba hambre, pero Elin, presentada mientras canta en la iglesia, tampoco es una princesa con pecas: tiene un padre al que califica abiertamente de “loco” y esconde cosas bajo heridas autoinfligidas. Su comunicación también está llena de obstáculos, con Sabina hablando rumano para demostrar que aunque sabe que no es bienvenida, tampoco se avergüenza de ello.

Y aunque quiera, no puede. Uno llega a preguntarse si Lindgren no está exagerando un poco su situación (después de todo, ¿por qué está tan enfadada con esa gente, que vive tan feliz en su paraíso escandinavo, ese oasis de tolerancia del que todo el mundo siente envidia? Porque todos anticipan los futuros problemas que ella y “los suyos” podrían causar, la echan del restaurante donde ha empezado a trabajar y de una tienda en la que ha entrado a comprar). Está claro que Sabina no es una santa pero el trato que recibe es frío, y le hace creer que si la gente te acusa de cosas, debes empezar a hacerlas. La película no trata tanto de la amistad sino de una especie de camaradería que surge de la desesperación, pero que resulta creíble. Porque a pesar de las dificultades que deben afrontar, son sólo dos niñas que beben cerveza y se arrancan nerviosas el esmalte de uñas descascarado.

The Unpromised Land, escrita por Victor Lindgren, ha sido producida por Therese Högberg, de Bautafilm; y coproducida por Film i Västerbotten en colaboración con SVT y el apoyo de Swedish Film Institute. Bautafilm gestiona los derechos internacionales, mientras que Folkets Bio la distribuirá en Suecia.

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(Traducción del inglés)

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