06/11/2018 - El nuevo documental del croata Goran Dević es al mismo tiempo una dura carta de amor a su ciudad natal y una muestra de sus excelentes habilidades como cineasta

La ciudad croata de Sisak, uno de los asentamientos humanos más antiguos de la región (llamado Siscium por los romanos), es la ciudad natal y principal fuente de inspiración del cineasta Goran Dević. Su anterior película, Steel Mill Café,se centraba en los habitantes afectados por el cierre de la industria siderúrgica. En On the Water [+lee también:
tráiler
ficha de la película], su último largometraje, y probablemente el mejor de toda su carrera, Dević ofrece un retrato cariñoso y al mismo tiempo incisivo sobre su propia ciudad. La cinta ha tenido su estreno mundial en la competición oficial del DOK Leipzig, donde ha recibido una mención especial.

Sisak es básicamente una isla anclada entre los ríos Odra, Sava y Kupa, y todos los protagonistas de la película están de alguna forma conectados con el agua. Mićo y Mario son dos pescadores que llevan años tratando de capturar a un pez gigantesco, casi mitológico. A "Rambo", un veterano de la Guerra de Croacia, también le gusta pasar tiempo en su barco, preferiblemente a solas. Marko es abogado y le encanta practicar natación en el río, una pasión que espera poder transmitir a su hijo adolescente (al igual que el negocio familiar, un bufete de abogados inaugurado en el año 1952). Tras pasar 8 años en la cárcel, Robert ocupa ahora una vieja casa junto al río. "Rata", un antiguo obrero de la siderurgia con una lesión de pierna que le impide trabajar, vive ahora recogiendo madera de los árboles que han caído al Kupa, ayudado por su hijo adolescente. Aportando la visión más conmovedora, la señora Trivkanović ofrece coronas de flores al río Sava, en honor a su esposo y sus dos hijos fallecidos en la guerra.

Dević consigue entrelazar de forma  magistral todas estas historias para revelar el complejo trasfondo social de la ciudad, que en su día fue una comunidad próspera y multicultural. Mario es muy protector con su amigo Mićo, pero su relación se resiente cuando este último comienza su propio negocio a orillas del río.  Rambo nos cuenta que, durante la guerra, tan sólo los cobardes torturaban a los prisioneros. Por su parte, la señora Trivkanović reconoce que, mientras trabajaba como profesora de enfermería, no hacía caso a los rumores que decían que todos los serbios de la ciudad serían asesinados al estallar el conflicto.

El mayor logro de la película reside en la capacidad del director para capturar escenas visualmente poéticas que contrastan con la dureza de las declaraciones: mientras Marko nada río arriba en pleno invierno, con el vapor emergiendo lentamente del agua, el abogado parece casi suspendido contra la corriente, contrastando con el panorama desértico e industrial que observamos al fondo. A veces el simbolismo es evidente, como en una escena en la que Robert se lava en el río mientras su voz en off relata cómo asesinó a un amigo suyo durante un altercado.

On the Water es un homenaje a la profunda humanidad de sus protagonistas, y una prueba de la increíble habilidad del cineasta para retratar y contextualizar a sus personajes, ofreciendo al mismo tiempo una auténtica carta de amor a su ciudad natal. Un amor que a veces oscila y flaquea, pero que también muestra lealtad y dedicación, un amor que acepta y perdona. Una característica que la religión cristiana siempre ha predicado, pero que pocas veces lleva a la práctica, y que Dević logra a través de su propia inspiración e innegable maestría detrás de la cámara.

On the Water es una producción de la croata Petnaesta Umjetnost.

(Traducción del inglés)