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TORONTO 2018 Discovery

Crítica: Fiore gemello

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- TORONTO 2018: En su segundo largometraje, la directora italiana Laura Luchetti trata con sensibilidad temas como la madurez, la crisis de los refugiados y una relación delicada

Crítica: Fiore gemello
Anastasyia Bogach y Kalill Kone en Fiore gemello

Cuando conocemos a los protagonistas de Fiore gemello [+lee también:
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ficha de la película
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, el segundo largometraje de la directora italiana Laura Luchetti, que acaba de estrenarse en la sección Discovery del Festival de Toronto, ambos se encuentran en un pueblo de Sardinia, tienen problemas y todavía no se conocen. Anna (Anastasyia Bogach) tiene dieciséis años y huye de un hombre fuerte y barbudo que tiene una cicatriz. Basim (el refugiado Kalill Kone) es un adolescente refugiado de Costa de Marfil que acaba de ser echado del aparcamiento de un supermercado por un vigilante de seguridad.

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Los protagonistas se conocen cuando Ana huye de dos jóvenes italianos que la persiguen en moto y Basim aparece para ayudarla. Su encuentro inicial no aporta nada interesante: Ana no habla y se muestra cautelosa con el chico negro, cuyo entusiasmo y habilidades sociales resultan sorprendentes dada su situación. Pero la chica acepta en silencio acompañarlo a las modestas habitaciones que él mismo ha acondicionado en una casa abandonada.   

Los flashbacks, incluidos en la trama de forma ingeniosa y sutil, nos muestran que el padre de Anna, que estaba muy unido a su hija, trabajaba para el hombre barbudo, Manfredi (Aniello Arena), como traficante de personas. Anna no estaba de acuerdo con el trabajo de su padre pero es difícil sobrevivir en un pueblo como Sardinia.

Entre estos dos jóvenes se crea una conexión: ambos han sufrido una gran pérdida y ambos parecen comprender los sentimientos del otro, aunque no sepan exactamente de dónde vienen y Anna no hable. Su relación se basa más en los instintos y en el tacto que en la conversación.

Hay muchas películas recientes sobre migrantes, madurez y situación socioeconómica de los países más afectados por la crisis de los refugiados. Pero Fiore gemello combina todos estos temas con una profundidad y sensibilidad admirables.

La localización es el escenario ideal para la historia: este pueblo costero tiene una salina y una iglesia preciosa en la calle principal, pero también varios edificios abandonados que testifican su declive económico y sirven de refugio o escondite a prostitutas, ladrones y, por supuesto, inmigrantes ilegales. 

El director de fotografía, Ferran Rubio Paredes, saca partido al paisaje mediante el contraste de colores lavados en las escenas exteriores (la blancura de la salina es muy efectiva) con el resplandor cálido de la habitación que comparten Anna y Basim. Aunque Fiore gemello no es una película rápida, tampoco se podría considerar “lenta”, ya que Luchetti tiene una historia que contar y personajes que explorar, y lo hace con paciencia, habilidad y la ayuda de la editora Paola Freddi y la música de Francesco Cerasi

Bogach y Kone están espectaculares en sus papeles de jóvenes protagonistas, con la fragilidad inicial y la posterior intensidad crean una verdadera simbiosis del ying y el yang. Sólo unos minutos antes del final de la película podemos oír a Ana hablar otra vez, pero para entonces, ya está todo dicho (en sofisticado lenguaje cinematográfico).

Fiore gemello es una coproducción entre las compañías italianas Picture Show, Donkadillo Films, y RAI Cinema, mientras que Fandango gestiona los derechos internaciones.

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(Traducción del inglés por Carolina Benítez)

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