email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

VENECIA 2018 Giornate degli Autori

Crítica: Graves Without a Name

por 

- VENECIA 2018: Rithy Panh ha inaugurado los 15ª Giornate degli Autori reflexionando acerca de la memoria, mientras busca las tumbas de los miembros de su familia asesinados por los Jemeres Rojos

Crítica: Graves Without a Name

La historia de un terrible genocidio, el de los Jemeres Rojos en Camboya, y la búsqueda incansable de los restos de seres queridos y sus almas atormentadas. El último documental del director camboyano Rithy Panh, Graves Without a Name [+lee también:
tráiler
entrevista: Rithy Panh
ficha de la película
]
, proyectado en la apertura de la 15ª edición de las Giornate degli Autori en Venecia, narra un viaje en la memoria que se desarrolla en dos niveles, uno personal y otro nacional. El director, que fue deportado de la capital del país en 1975, junto con sus seres queridos y otros dos millones de personas, y luego forzado a trabajar en el campo bajo el mando de los Jemeres Rojos, ya había trazado su terrible pasado en algunas de sus obras anteriores (como La imagen perdida [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, ganadora de la sección Un Certain Regard en 2013 y candidata a los Oscar a Mejor Película Extranjera ese mismo año). Sin embargo, esta vez la narrativa es mas íntima. Panh aparece en la película afeitándose la cabeza mediante un rito religioso, antes de mantener un encuentro espiritual e inesperado con su padre.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

El fuerte carácter espiritual de la cinta actúa de contrapeso ante la dureza de los testimonios que se narran en ella. Una pareja de campesinos rememora con todo detalle las condiciones de vida inhumanas que tuvieron que soportar durante la época de los revolucionarios comunistas, que incluía violencia, ejecuciones y violaciones, todo en nombre de la lucha contra el capitalismo y una igualdad que era imposible de conseguir. La población vivía bajo un régimen de terror, y los ciudadanos de Phnom Penh -que ‘representaban’ al régimen de Lon Nol, apoyado por los americanos- fueron enviados a las zonas rurales para morir de hambre y ser víctimas del odio por parte de los campesinos locales. La violencia es contagiosa, tal como explica uno de los entrevistados, y nadie pudo enterrar debidamente a sus muertos: eran demasiados. Rithy Panh, que sobrevivió a la masacre al escapar a Tailandia y Francia, busca a su padre, madre, hermanas y sobrinos a través de rituales chamánicos y hundiendo sus manos en la tierra. Algunas fotos, que muestran a los miembros de la familia en un estado de paz, aparecen y desaparecen entre los árboles y hojas de una tierra torturada, y cuanto más las observamos más terrible e inexplicable nos resulta un crimen de tal magnitud.

Sin embargo, el verdadero corazón de la película, aquello que la hace universal, es el diálogo que entable con las almas de aquellos que ya no están con nosotros, pero que todavía nos rodean. Un diálogo necesario, según el propio director, para poder concederles a esas almas el descanso eterno, liberarlas del miedo para que encuentren juntas la paz. El mismo sentimiento final de pacificación que el documental logra transmitir a la audiencia, lleno de poesía y trascendencia, sobrio y calmado a pesar de los horrores que relata. 

Graves Without a Name es una coproducción de CDP - Catherine Dussart Productions entre Francia y Camboya. Su agente de ventas internacionales es Playtime. La cinta será proyectada en el Festival de Toronto inmediatamente después de las Giornate degli Autori en Venecia.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

(Traducción del italiano)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy