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TRANSILVANIA 2018

Crítica: 303

por 

- La historia de “chico conoce a chica” de Hans Weingartner, que ha sido proyectada en Transilvania, tiene todas las características para encandilar al público

Crítica: 303
Anton Spieker y Mala Emde en 303

Después del estreno mundial en la sección Generation 14Plus en la Berlinale de este año, la road movie/historia de amor de Hans Weingartner 303 [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
se está proyectando actualmente en Supernova, una de las secciones más populares del Festival de Transilvania (25 mayo – 3 junio, Cluj Napoca). Se trata de una adorable historia de amor y una road movie que muestra algunas joyas de la corona europea. La película consigue involucrar al público y también hace que esta apoye a los dos carismáticos protagonistas en su camino hacia el amor y el auto-conocimiento.

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Primero, nos encontramos a Jule (Mala Emde, que nos recuerda a una joven, y menos intensa, Adèle Haenel), una estudiante de biología de Berlín que va camino de Portugal en la antigua autocaravana de su familia, una Mercedes 303. Al principio de su viaje, conoce a Jan (el expresivo y alegre Anton Spieker), un chico de veinticuatro años rumbo a España. Después de un inicio complicado, los dos se convierten en compañeros de viaje, y pronto hacen que el público se pregunte en qué más se podrían convertir aparte de eso.

303 es más que una historia de “chico conoce a chica”. Tiene más profundidad que otras películas de amor despreocupado porque Jan y Jule precisamente no están exentos de preocupaciones. Ella va a ver a su novio, Alex, que trabaja en una comuna en Portugal, para decirle que está embarazada. Él va a España para ver por primera vez a su padre biológico. A primera vista, su viaje puede parecer un símbolo de libertad, pero al final de sus viajes cada uno va a toparse con algo que odian.

La película la complementan la maravillosa química entre los protagonistas y las maneras ingeniosas en las que los guionistas posponen lo que todos sabemos que va a ocurrir y que queremos que suceda. Jule y Jan hablan de los horrores del capitalismo y de los milagros de la cooperación, de genética y de atracción, de sexo y de psicoanálisis, de fidelidad y de evolución, etc. Su mundo compartido se basa en estas charlas, que los hace más transparentes (y, al mismo tiempo, más interesantes para el público) y derriba los obstáculos inevitables que podría haber entre ellos. Por supuesto, la historia está planificada para que solo pueda ir en una dirección, pero eso al público no le importa mucho. Prueba de ello es una sala llena en el Festival de Transilvania que se deshizo en aplausos cuando Jan y Jule se besan después de más de dos horas, en una cinta de un total de 145 minutos de duración.

303 es una apuesta segura para los programadores de cine que quieran agradar a su público y también para los programadores de festivales que quieran deleitar a sus espectadores con una gran y divertida, pero también inolvidable, historia de amor.

La producción de 303 corre por cuenta de Kahuuna Films Gmbh junto a NEUESUPER Gmbh. Las ventas internacionales son responsabilidad de Global Screen.

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(Traducción del inglés por Begoña Carrasco González)

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