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JIHLAVA 2017

Crítica: Sand and Blood

por 

- El ganador del Premio Silver Eye de Ji.hlava es un collage desgarrador de grabaciones filmadas por aficionados obtenidas de Internet junto a relatos de refugiados viviendo en Austria

Crítica: Sand and Blood

El primer largometraje del cineasta austriaco Matthias Krepp y su codirectora Angelika SpangelSand and Blood [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, combina imágenes tomadas por activistas, combatientes y ciudadanos de Irak y Siria en los últimos años, con la narración de refugiados de esa área que actualmente viven en Austria. El documental se centra en cuatro hechos: el mandato de Saddam Hussein en Irak, la invasión posterior de EEUU en el país, la situación política y social caótica luego de la retirada de sus tropas, y el número creciente de grupos islamistas, con el pandemonio de ISIS como resultado. Los videos mayormente caseros, que se tomaron principalmente de plataformas en línea, retratan la historia reciente de dos países destruidos por la guerra, desde la perspectiva de aquellos que decidieron huir.

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Sand and Blood, la ganadora del Premio Silver Eye en el Festival de Documentales de Ji.hlava (ver noticia), es una obra importante tanto para los que no están familiarizados con la situación actual en Siria e Irak como para los que están más informados pero que igualmente quedarán impactados con la intensidad de los testimonios en primera persona y la realidad de los que viven o han vivido en las zonas devastadas por la guerra en el Medio Oriente. Es un panorama complejo de las ideologías que motivaron las protestas, la revolución, los conflictos violentos y, finalmente, la guerra; y de las razones del poder de esas ideologías. Sirve de evidencia de cómo el pensamiento liberal y el razonamiento individual pueden ser privilegios en lugar de cualidades personales o sociales, y de cómo en estos tiempos de caos, incertidumbre y miedo, la mayoría tiende a seguir al que tome el mando, a la persona que aparentemente piensa y atenúa la ansiedad existencial en nombre de todos. Es igualmente importante cómo expone el hecho de que la violencia es un producto de circunstancias históricas y no un rasgo de cada sociedad, y cómo normalizarla, o normalizar a personas sufriendo y muriendo, no depende de cuán “normal” o no era la vida antes. Ambos son argumentos importantes y también se aplican a los horrores de la historia occidental y su presente político, desde el surgimiento del nazismo en Europa al auge contemporáneo de los movimientos de extrema derecha en todas partes desde Europa a EEUU. 

Sin embargo, Sand and Blood, producida por Filmakademie Wien, es una película que no depende únicamente de su mensaje político. Por el contrario: es un collage de videos caseros tomados de canales digitales y los comentarios y relatos independientes que los acompañan con narraciones de voz demuestran el ingenio formal de parte de los creadores, especialmente en la estructura dramática, que es lo que esta detrás del efecto emocional de la película. El montaje de la devastación, el torrente interminable de imágenes de temor y odio, es casi absurdo en su intensidad, como si se estuviera evocando el efecto de las pinturas antibélicas más poderosas y conmovedoras (un ejemplo conocido es el Guernica de Picasso), pero ubicado en las circunstancias actuales, en dónde las realidades más desgarradoras del sufrimiento pueden compartirse fácilmente en las redes sociales.

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(Traducción del inglés por Natalia Ramos)

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