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PELÍCULAS España

Cien años de perdón: ¡Sálvese quien pueda!

por 

- Daniel Calparsoro factura un film espectáculo que, mientras entretiene, arremete contra la podredumbre ética de nuestra sociedad, en la que todos, poderosos y no tanto, somos víctimas

Cien años de perdón: ¡Sálvese quien pueda!
Luis Tosar en Cien años de perdón

Efecto bola de nieve: un simple atraco en una sucursal bancaria de Valencia puede desencadenar una avalancha de consecuencias imprevistas e incalculables, que haga peligrar la supuesta estabilidad política de un país. Eso que vemos y escuchamos cada día en los informativos, con la corrupción convertida ya en un elemento cotidiano que ha dejado de sorprender y hasta de indignar, es el material base sobre el que Daniel Calparsoro, con la complicidad del guionista Jorge Guerricoechevarría (habitual argumentista de los "circos" de su viejo amigo Álex de la Iglesia) ha levantado su película número nueve.

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Este cineasta de 48 años que empezó dando un Salto al vacío apoyándose en un lenguaje áspero y unos argumentos incómodos, ha ido domesticando su radicalidad de títulos como Pasajes, A ciegas y Asfalto para desembocar, tras coquetear con el bélico (Guerreros) y el suspense (Ausentes [+lee también:
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) en unas películas más acordes con el género en el que se siente más cómodo: el thriller. Basta repasar sus anteriores Invasor [+lee también:
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y Combustión [+lee también:
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, para certificar que lo suyo es la acción, la testosterona y la intriga. Todo esto se vuelve a conjugar en este Cien años de perdón [+lee también:
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entrevista: Daniel Calparsoro
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o su particular versión de Tarde de perros: un grupo de hombres entra en un banco (de Valencia, la capital española de lo corrompido) para robarlo pero, cuando el atraco se complica y es descubierto por la policía, retiene a sus empleados y clientes.

Todo sigue el curso habitual de un delito de este cariz hasta que sale a relucir que una caja de dicho establecimiento guarda documentos comprometidos. Entonces, lo que parecía de competencia policial y local, empieza a tomar dimensiones mayores, llegando hasta Madrid y a las altas cumbres políticas… ¿parece real, verdad? Los españoles desayunamos cada mañana con una noticia de este fétido color: un empresario detenido, un político acusado o un banco fraudulento. Vivimos tiempos multi corruptos: la crisis nos ha convertido en fieras sedientas de dinero, poder y engaño. Y, como los personajes de esta película, sólo buscamos salir de este campo de batalla lo menos dañados posibles.

Calparsoro ha rodado un film con demasiados personajes, enfangados en una trama que sintoniza con la rabia social que películas como Relatos salvajes [+lee también:
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o, de una manera más disparatada, Murieron por encima de sus posibilidades [+lee también:
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entrevista: Isaki Lacuesta
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, han convertido ya en un subgénero: reaccionar con vehemencia ante una situación de podredumbre de valores que no parece tocar fondo. Y si la película de Isaki Lacuesta podía presumir de un casting de lujo, Cien años de perdón no le queda a la zaga: Luis Tosar, Raúl Arévalo, José Coronado, Miriam Álvarez, Rodrigo de la Serna, Patricia Vico, Joaquín Climent y Luis Callejo intervienen aquí con papeles más o menos vistosos.

La música épica de Julio de la Rosa, la fotografía metalizada de Josu Inchaustegui y el ágil montaje de Antonio Frutos suman fuerzas para darle bríos a este thriller que pierde algo de fuelle cuando múltiples personajes de la esfera política saltan a la palestra. Aún así, al espectador le queda claro que, tal y como está el patio, ya no puedes fiarte de nadie.

Cien años de perdón es una producción de Vaca Films, Morena Films e Invasor Producción AIE en coproducción con Kramer&Sigman Films, Mare Nostrum Productions y Telefónica Studios; en asociación con Fox International Productions con la participación de Mediaset, Movistar Plus+ y Telefe; con el apoyo de Eurimages, ICAA, INCAA e Ibermedia. De sus ventas internacionales se ocupa Film Factory.

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