22/05/2015 - CANNES 2015: Arab y Tarzan Nasser subvierten las representaciones convencionales de Gaza transportándonos durante 1h30 a un salón de belleza

En realidad, aunque la situación que se plantea en Dégradé [+lee también:
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ficha de la película], primer largometraje de los carismáticos hermanos Arab y Tarzan Nasser, presentado en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes, no deje entrever mejora alguna de las relaciones y de las condiciones de vida en la Franja de Gaza, el título tampoco se refiere al envenenamiento de las mismas, sino al famoso corte de pelo. En efecto, la película se desarrolla en su totalidad en un espacio cerrado: un salón de belleza gazatí donde se reúnen una decena de mujeres y del que los hombres están proscritos, aunque el novio mafioso de una de las clientas hace guardia constantemente delante del escaparate con una kalashnikov bajo el brazo y un pacífico león a los pies. 

Las mujeres reunidas en ese espacio reducido, a priori protegido del exterior, de Hamas y de la guerra de los hombres, son de todo tipo: hay una mujer ligera muy desagradable con piel de porcelana (Hiam Abbass), una mujer con velo, una cínica poco diplomática, otra que está prometida, una embarazada, una rusa, una chiquilla… La armonía no reina precisamente entre esos temperamentos tan dispares, y las críticas llueven indiscriminadamente, pero la animosidad que impregna ese ambiente no es sino la reproducción del clima de asfixia que reina en Gaza y del cual resulta imposible escapar. Por otro lado, a medida que avanza la película estas personalidades tan marcadas van adquiriendo matices individualmente hasta reconocer su común sumisión a la violencia y al deseo de dominación de sus hombres, de todos los hombres. Lo que sucede en el exterior basta para dotar al grupo de una cohesión natural que lleva a una de las clientas a afirmar que las cosas serían muy distintas con un gobierno totalmente femenino.

Cierto es que, en este espacio cerrado y con semejante mosaico de personajes femeninos de todas las edades y medios sociales, la película podría haber desarrollado algo más las dinámicas a las que en principio se presta su ingenioso punto de partida pero la realidad es que el filme se sitúa más allá de la comprensión del género de la habitación cerrada propiamente dicho puesto que la conciencia permanente del mundo exterior condiciona todo lo que sucede en el interior de este modesto salón de belleza. Además, el enfoque de los hermanos Nasser se sitúa tan a contracorriente de todo lo que se puede ver o leer sobre la Franja de Gaza que resulta en sí mismo extraordinario. De hecho, el dúo no se ha dejado influenciar por los terribles enfrentamientos del verano pasado, que algunos de los productores deseaban introducir en el guión. Ellos han preferido dejarlo como estaba a pesar de todo, ya que su historia está basada en un análisis lo bastante fino de la situación de su país como para haberlo anticipado todo sin necesidad de cambiar nada.

Dégradé es una coproducción franco-gazatí de Les Films du Tambour, Made in Palestine Project, Full House y Mille et une films. Las ventas correrán a cargo de Elle Driver.

(Traducción del francés)