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PELÍCULAS Reino Unido

The Falling: un film delicado y urgente

por 

- Carol Morley da en el clavo otorgando a The Falling una gran precisión auditiva y lúdica visual

The Falling: un film delicado y urgente
Florence Pugh y Maisie Williams en The Falling

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]
 de Carol Morley es una de esas películas que te dejan sin aliento. Incluso antes de conocer que esta producción británica está producida por BBC Films y el BFI, la obra ya nos sumerge en su dulce y poético canto. Es entonces cuando nos desvanecemos suavemente sobre un idilio de belleza casi inalcanzable, donde las aguas cristalinas ondean a nuestros pies y nos descubrimos rodeados de verdes sauces y enrojecidos helechos. Los siguientes escenarios retoman esta espléndida paleta otoñal, que hace referencia a la interpretación más poética que se puede dar al título de la película, puesto que “fall” en inglés significa “otoño”.

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Sin embargo, The Falling no deja que sus escenas se conviertan en algo verdaderamente idílico. La dulce canción que da inicio al film pronto se ve entrecortada por una áspera y carrasposa respiración. Conforme empezamos a escuchar estos sonidos, no estamos seguros de si son las últimas bocanadas desesperadas de una mujer perseguida o si es la profunda e incontrolada respiración de una mujer en pleno éxtasis sexual. El resultado es una especie de incertidumbre deliciosa y sexualizada, una sensación que The Falling impregna a lo largo de esta agridulce historia de dos estudiantes, Abbie y Lydia.

Estas chicas rebeldes son alumnas de un prestigioso y estricto colegio femenino. Uno de esos lugares que, de forma conservadora, arrastra consigo cientos de años de historia al presente. Sin embargo, el statu quo de la película gira con impotencia en torno a Abbie (Florence Pugh), la imagen perfecta de la joven “con cabellos dorados” que tanto obsesionó al pasado poético de Gran Bretaña y cuya encantadora sonrisa nunca se separa de sus labios. Por esta razón, Lydia (Maisie Williams) se convierte en una sus compañeras naturales. Dicho esto, Williams (que recientemente ha sido nombrada una de las Shooting Stars de la Berlinale; ver la entrevista en vídeo), brilla con una fantástica interpretación que demuestra que es mucho más que una simple actriz secundaria.

Las dos amigas pronto comienzan a afrontar dificultades, lo que provoca que el personaje de Williams imite a su idolatrada compañera aún más. Esta imitación se extiende al resto de personajes de la película, hasta el punto de que casi todas las adolescentes empiezan adquirir los matices de la personalidad de la precoz, pero todavía trágicamente ingenua, Abbie. Las facetas de su comportamiento se transmiten entre las chicas como si fuera una misteriosa electricidad estática y las chispas producidas se funden en imágenes superpuestas que se encuentran entre lo subliminal y lo avant garde. Este efecto obliga al espectador a cuestionarse si está presenciando un fenómeno de mera imitación, histeria colectiva, posesión sobrenatural o un potente despertar sexual colectivo.

En este sentido, la película de Morley llega a parecer casi hitchcockiana, principalmente en el modo en que captura implacablemente la sexualidad como algo sublime, siniestro, sagrado y profano al mismo tiempo. En esta misma línea, la directora asocia el título de la película con la idea de caer en desgracia, el concepto de “mujer caída”, una idea fascinante en el pasado literario europeo. Incansablemente, la película representa una y otra vez unas mujeres que caen, desfallecen y son castigadas despiadadamente por sus propios cuerpos.

Sin embargo, aquí, estas repetidas caídas forman un maravilloso ballet que pone de relieve la destreza con la que Morley entrelaza diferentes hilos culturales en su obra. Asimismo, expone de forma consciente los misóginos discursos sobre la “histeria” que tanto oprimían a las mujeres. En última instancia, estas caídas empiezan incluso a adquirir unos matices de empoderada rebeldía adolescente o que incluso recuerdan a Cristo. Sin duda alguna, merece la pena ver esta compleja obra feminista que aleja por primera vez a Carol Morley de los documentales.

Metrodome se encarga de la distribución de The Falling en Reino Unido.

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(Traducción del inglés por David Jiménez Santonja)

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