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CANNES 2014 Quincena de los Realizadores

Girlhood: Cuatro diamantes negros de armas tomar

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- CANNES 2014: Céline Sciamma se contagia de la energía de la juventud de la Francia de color de los barrios más desfavorecidos con la historia de cuatro jóvenes en ardua busca de libertad e identidad

Girlhood: Cuatro diamantes negros de armas tomar

A pocas paradas de tren del centro de París existe un universo que los medios de comunicación suelen abordar bajo la forma de crónica de sucesos o documentales compasivos; una zona en la que se apilan los grandes bloques de viviendas en cuyos bajos holgazanean los críos y los trapicheos sustituyen las perspectivas de empleo; un mundo de rostros de color que pocas veces hemos visto en el cine francés, aun hoy acaparado por la piel clara; un mundo cerrado en torno a sus propias reglas, que marginan a las jóvenes, calificadas como putas a la primera que tratan de sacar adelante sus vidas en un medio masculino. Tal es la dureza del entorno presente en los barrios de la periferia de París y que la sutil Céline Sciamma ha decidido sacar de las sombras con extraña energía en Girlhood [+lee también:
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(Bande de filles), encargada de inaugurar la 46ª Quincena de los Realizadores del 67º Festival de Cannes.

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La tímida Marieme (Karidja Toure) tiene 16 años. Vive en el Clos-France con sus dos hermanas pequeñas, a las que cuida, su amenazador hermano mayor (árbitro de comportamiento potencialmente violento) y una madre que trabaja de noche limpiando las oficinas de La Défense. Echada de la escuela (ha repetido por enésima vez y va a empezar una formación profesional), Marieme se junta con un grupo de tres chicas fuertes y lenguaraces que coquetean con la delincuencia: Lady (Assa Sylla), Adiatou (Lindsay Karamoh) y Fily (Marietou Toure). Entre altercados y peleas con otras chicas del barrio, excursiones de tiendas por Les Halles de París y noches de risas en el hotel entre amigas, las cuatro "blacks" manifiestan unas ganas de vivir intensas que contrastan por completo con el perfil bajo que se les exige que adopten (a la sazón sin signos ostensibles de su feminidad, ni vida amorosa característica de una adolescencia normal) de cara a la autoridad masculina en vigor en todos los niveles de “la cité”. Empujada por el deseo de hacer lo que le venga en gana y salir de ese túnel que no le ofrece más que un horizonte de vida taponado de antemano, Marieme monta en cólera, adopta un comportamiento de marrullera, se lanza en una relación clandestina y abandona finalmente el hogar familiar aceptando la protección de un traficante y macarra local que la infiltra en otro barrio a cambio de servicios. Sin embargo, escapar al destino previamente trazado para una chica del barrio, a saber, puta al servicio de los intrusos o mujer del hogar, no es tan fácil.

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, Céline Sciamma continúa su camino original, modesto (siempre con bajos presupuestos autolimitados) y talentoso, en el cine francés. Al cabo de una escena de apertura musical extremadamente dinámica y exitosa, despliega su intriga por bloques de secuencias en cinco partes separadas por fundidos a negro de varios segundos que constituyen, a la vez, elipsis temporales en la trayectoria vital de Marieme. La sensibilidad y el sentido humanitario de la directora le permiten restituir con gran precisión y sencillez la vida cotidiana y la atmósfera que se respira en este tipo de entornos cerrados de Francia, sin dejar de destilar auténticos momentos de poder cinematográficos cimentados en la explosiva energía de sus cuatro protagonistas (en especial, la secuencia de euforia y baile colectivo a ritmo de Diamond, de Rihanna), lo que no le impide sugerir con delicadeza un discurso profundo sobre los problemas actuales de Francia. Sciamma demuestra que ya es experta en el arte del retrato femenino y juvenil; sobre todo, en la puesta en escena en movimiento, pegándose a sus personajes y dando prioridad a una discreta eficacia, sin fanfarronerías, para arrojar el máximo de luz posible a sus actrices, descubrimientos todas ellas que, sin lugar a dudas, darán mucho que hablar. 

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(Traducción del francés)

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