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MUCES 2013

El rayo, o la historia verdadera de un inmigrante de vuelta a casa

por 

- Ante la falta de trabajo en España, Hassan Benoudra atraviesa Andalucía en su tractor para empezar una nueva vida en su Marruecos natal.

El rayo, o la  historia verdadera de un inmigrante de vuelta a casa

“Ya lo tengo decidido. Aquí ya no tengo nada que hacer. Qué remedio. Aquí ya no hay trabajo. No puedo más. Me vuelvo a casa”, afirma en off Hassan Benoudra mientras vemos los amarillos campos de Castilla bañados por el atardecer en el primer plano de El rayo [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
. Estamos en 2011, la crisis golpea con fuerza y Hassan, inmigrante marroquí que entró ilegalmente en España, emprende el viaje de regreso con la que será su única posesión tras trece años de trabajo por todo el país: un viejo tractor que habrá de conducir desde Cózar hasta Algeciras y desde el ferry hasta el hogar de su familia en Marruecos, donde empezará de nuevo desde cero. El resultado es el primer largometraje de ficción (aunque con grandes dosis de realidad) de Fran Araújo y Ernesto de Nova: una historia verdadera hecha con medios mínimos que, aunque tarda en arrancar, termina siendo una experiencia reveladora y revitalizante.

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La poderosa empatía que inspira Hassan y la asombrosa veracidad que resulta del guion abierto constituyen el motor de un relato pautado por los imprevistos con que se topará nuestro protagonista: paradas de la Guardia Civil (“está prohibido circular con este vehículo a Marruecos”), averías, papeles que no están en regla, etc. El Alvin Straight africano no es un anciano testarudo y voluntarioso que deja lecciones de vida a su paso sino un hombre apacible, simpático, tenaz y respetuoso que vive en una precariedad vital total y cuyo trato con los lugareños, de igual a igual (pues “España es igual que Marruecos: aquí, si no trabajas, no comes”), impacta por su sinceridad y su sencillez. Su periplo, al final, será en sí mismo un alegato a favor de la humildad, el entendimiento y la solidaridad entre semejantes y extraños, especialmente en épocas de decadencia.

No es de extrañar, así, que, a poco de que cruce la frontera y llegue a puertos europeos, El rayo haya sembrado aplausos y cosechado buenas críticas en su odisea por el panorama festivalero español (a su estreno en San Sebastián siguieron Córdoba, Valladolid, Sevilla y Albacete y, ahora, Segovia y Ourense).

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