email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

LISBON & ESTORIL FILM FESTIVAL 2013

Pelo malo: el miedo a todo lo demás

por 

- Tras ganar la Concha de Oro en San Sebastián, la venezolana Mariana Rondón lleva su retrato del miedo y la lucha al Lisbon & Estoril Film Festival

Pelo malo: el miedo a todo lo demás

Un niño pequeño, que empieza a abrir los ojos a la vida de los adultos, tiene un problema: su pelo es “malo”, rizo y crespo, y quiere tenerlo como el de los cantantes famosos, liso y brillante. La directora venezolana Mariana Rondón (entrevista) utiliza este punto de partida, curioso e incluso casi banal, para filmar el miedo, la distancia, la familia y la sociedad –no hay mucho más ahí fuera- en Pelo malo [+lee también:
tráiler
entrevista: Mariana Rondón
ficha de la película
]
, la inesperada ganadora de la Concha de Oro del pasado Festival de San Sebastián (noticia). La tercera película de la cineasta, una coproducción entre Venezuela, Perú y Alemania (Hanfgarn & Ufer Filmproduktion) que la ha colocado definitivamente en el cine internacional, llega ahora, fuera de competición, al Lisbon & Estoril Film Festival.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

La mirada de Junior (el niño Samuel Lange) es sencilla: su peinado es una excusa para verse guapo en la foto del colegio, para que su madre lo quiera más y, sobre todo, para estar contento consigo mismo. La mirada de su madre (Samantha Castillo) no lo es tanto: para ella, los deseos de Junior suponen algo diferente a lo que debería ser “lo normal”. Entre los dos existe una gran distancia que no es más que la que la sociedad impone entre dos personas muy cercanas. Sencillamente complicado. Mientras el niño, ingenuo y natural, solo piensa en lo que podría hacerlos felices a él y a su madre, la madre -soltera, con dos hijos y en busca de trabajo- solo piensa en que se trata de otro problema, incluso uno de los más grandes posibles, con el que lidiar.

Alrededor de Junior y su madre, Rondón capta una sociedad tan extraña como real: en los deprimidos suburbios de Caracas, la gente se apila en grandes bloques de edificios, se escuchan tiroteos, y resuenan los ecos de la megalomanía chavista. Junior y la amiga con la que comparte las tardes viven en un mundo en el que los niños hablan del cuidado que hay que tener para no ser violado, y se refugian en el culto a la fama y la belleza –la música radiofórmula y los concursos de misses- para intentar encontrar algo mejor.

La lucha de la madre por borrar algo que, muy probablemente, ni siquiera está ahí, parte así de su ignorancia, sus escasos medios y su incapacidad de aceptar algo que la sociedad considera incorrecto. El continuo enfrentamiento con su hijo lo fuerza a vivir de cerca la sordidez y la crueldad más adulta y, a todas luces, más dañina. Es en esas distancias cercanas, que suponen barreras infranqueables a lo diferente y desconocido, en las que la fábula de Pelo malo toma forma. Lo que la impulsa, implacable, es el miedo que el ser humano tiene de todo eso.

(El artículo continúa más abajo - Inf. publicitaria)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Privacy Policy